El Castillo de Drácula ofrece vacunas contra el coronavirus y un paseo por la "cámara de tortura"
Para incentivar la inmunización en uno de los países de Europa oriental donde las personas tienen menos inclinación a vacunarse, las autoridades rumanas ofrecen un certificado de "valentía y responsabilidad" junto con un paseo gratis por el histórico castillo que inspiró la historia de Bram Stoker
Un pinchazo en el Castillo de Drácula podría sonar como algo aterrador, sobre todo si se conoce la historia de Vlad el Empalador, quien inspiró la historia del famoso Conde y vampiro.Sin embargo, en la todavía emergente pospandemia, un pinchazo allí es sinónimo de bienestar: por la campaña de vacunación de Rumania, los visitantes pueden inmunizarse contra el coronavirus (Covid-19) en el histórico castillo.
“Vine a visitar el castillo con mi familia y cuando vi el cartel reuní mi coraje y acepté ponerme la inyección”, dijo Liviu Necula, un ingeniero de 39 años. Liviu, como todos los que se vacunan allí, no solo recibió una garantía de protección contra la pandemia, sino también un certificado que destaca su “valentía y responsabilidad”, ilustrado acertadamente con un médico con colmillos blandiendo una jeringa.
Además, los vacunados se van con la promesa de que podrán regresar “los próximos 100 años”, además de un recorrido gratuito por la “cámara de tortura”, que tiene 52 instrumentos de tortura medievales. "Queríamos mostrarle a la gente una forma diferente de obtener la vacuna”, declaró Alexandru Priscu, gerente de marketing del Castillo de Bran, a The Associated Press.
El personal que trabaja en Bran espera que esta acción sirva para atraer a más personas a este sitio turísitico, dado que, por la pandemia, la cantidad de turistas en los últimos meses bajó considerablemente.
En la famosa atracción turística se ofrece la vacuna Pfizer durante los fines de semana por todo el mes de mayo, y no es necesario sacar un turno, según consignó el diario local Libertatea. En caso de que la situación sanitaria lo amerite, la vacunación podría extenderse por dos meses más.
Vacunas en el Castillo de DráculaLa campaña, hasta ahora, fue un éxito. Lanzada este fin de semana, ya 400 personas fueron vacunadas y cientos ya solicitaron inmunizarse allí. Muchos extranjeros también pidieron participar de la experiencia, pero Priscu aclaró que solo los residentes de Rumania pueden recibir la vacuna.
“Estos centros son para todos los que quieren vacunarse sin tener que sacar una cita por internet”, comentó a la AFP Beatrice Mahler, directora del hospital Marius Nasta. Por la pandemia del coronavirus, el gobierno rumano lanzó campañas de vacunación y “maratones” de 24 horas en sitios públicos, como la Biblioteca Nacional de Bucarest, para inmunizar a la mayor cantidad posible de personas.
Hasta ahora, casi 3,6 millones de rumanos recibieron al menos una dosis de la vacuna, sobre un total de 19 millones, es decir, casi un 20%. Las autoridades esperan alcanzar los cinco millones para junio y diez millones para septiembre.
Desde el inicio de la pandemia Rumania acumula poco más de un millón de contagiados y más de 28.960 muertos, según datos de Johns Hopkins University & Medicine Coronavirus Resource Center.
Una encuesta realizada por la consultora Globsec en abril descubrió que, de entre personas de diez países de Europa Central y Oriental, rumanos y búlgaros eran los que menos se inclinaban a vacunarse contra el coronavirus.
La historia del Castillo de Bran y Vlad Tepes, inspiración del famoso Conde Drácula
El Castillo está situado en un valle neblinoso en los montes Cárpatos y suele estar asociado con el príncipe rumano Vlad Tepes, del siglo XV, conocido como “el empalador”, pese a que nunca vivió allí.
El irlandés Bram Stoker, autor de Drácula, se inspiró en Vlad y las descripciones del Castillo de Bran cuando escribió su novela de 1897, que ayudó a fundar el moderno género de literatura de vampiros.
Vlad Tepes nació en1413 en la región histórica de Transilvania. Su padre, el Conde Dracul (que en rumano antiguo significa "Dragón"), lo entregó junto a su hermano Radu a los ejércitos turcos como garantía de su sumisión al Sultán. Su infancia no fue ideal: estuvo marcada por muerte, asesinatos, malos tratos y torturas. Esta época lo marcó para siempre, ya que se dice que allí aprendió la técnica del empalamiento, práctica que lo haría famoso pocos años después.
Gracias al apoyo de los ejércitos turcos llegó a ser Príncipe de Valaquia, y fe uno de los más temidos de la época. ¿Por qué? Quienes no cumplían sus órdenes morían de una de las maneras más lentas y dolorosas: empalados.
De hecho, cuentan algunas leyendas que mató entre 40.000 y 100.000 personas, sin discriminar por género o edad: si una ciudad no lo aceptaba como líder, hombres, mujeres, ninños y ancianos morían empalados. Así, formó numerosos "bosques de empalados", un claro signo de que con él nadie se metía.
Pero el Príncipe Vlad no solamente empalaba a sus enemigos, también le gustaban otras técnicas de tortura, las cuales aplicaba generalmente en la intimidad de su castillo. Algunas de esas técnicas eran: extracción de ojos con ganchos calientes, amputación de miembros, orejas y narices, estrangulamiento, quemar vivas a sus víctimas, en el caso de las mujeres, le gustaba especialmente amputarles los senos y cortarle los genitales.
De acuerdo con las anécdotas sobre Vlad recogidas por Antonio Bonfini en Historia Pannonica (1495), Vlad El empalador fue decapitado y su cabeza enviada a Mehmed II. En cualquier caso, se desconoce dónde yacen sus restos mortales.