Israel ejecutó una serie de bombardeos "preventivos" sobre territorio iraní, en una acción que reaviva la tensión regional y eleva el riesgo de una escalada militar en Medio Oriente. El gobierno de Benjamín Netanyahu justificó los ataques como una medida de defensa anticipada ante "amenazas inminentes". Irán, en respuesta, activó su sistema de defensa y declaró el estado de alerta máxima en varias regiones.

Fuentes oficiales israelíes aseguraron que los misiles impactaron contra instalaciones militares vinculadas al desarrollo de drones y misiles de largo alcance, aunque el Ejército no emitió aún una confirmación oficial.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, convocó de inmediato a su gabinete a una reunión de emergencia en la Casa Blanca. Aunque Washington se ha mostrado históricamente alineado con Israel, hasta el momento no emitió un respaldo explícito a esta acción militar.

El ataque ocurre en un contexto de creciente tensión por el programa nuclear iraní y el respaldo de Teherán a milicias en Líbano, Siria y Yemen. En los últimos meses, Israel denunció intentos de sabotaje y ataques con misiles provenientes de fuerzas aliadas a Irán. La situación viene deteriorándose desde la retirada de EE.UU. del acuerdo nuclear en 2018 y el posterior endurecimiento de las sanciones.