Los ministros brasileños confirmaron su compromiso de fortalecer el marco fiscal del país en respuesta a la creciente preocupación del mercado sobre la capacidad de Brasil para contener el gasto. Los debates en el gobierno se centran en implementar un ajuste fiscal que permitirá recortes en sectores específicos, al tiempo que busca asegurar la sostenibilidad financiera a largo plazo.

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, indicó que el plan de fortalecimiento fiscal requiere una enmienda constitucional, que permitiría al gobierno reforzar el control sobre el gasto público en un marco de gasto limitado. Haddad aseguró que el gabinete de Luiz Inácio Lula da Silva ya muestra “importante convergencia” en cuanto a la dirección de estas medidas, aunque persisten desafíos en la redacción de la propuesta definitiva.

Los aumentos en los gastos obligatorios de Brasil han dejado poco margen de maniobra para otros desembolsos, dado el límite de crecimiento del gasto que el país adoptó el año pasado. La inminente reunión del consejo de presupuesto, encabezada por Haddad y que también incluye al jefe de gabinete Rui Costa, a la ministra de Planificación, Simone Tebet, y a la ministra de Gestión, Esther Dweck, se centrará en afinar los detalles de las propuestas que se presentarán al Congreso.

El gobierno sostiene que una propuesta sólida calmará los temores del mercado respecto al gasto público. “Nuestro trabajo es hacer la mejor propuesta posible para que el gasto se ajuste a las reglas fiscales adoptadas el año pasado”, explicó Haddad. Por su parte, Rui Costa expresó confianza en la política fiscal de la administración actual: “Quien apueste contra Brasil perderá. Lula hará los ajustes necesarios para mantener el crecimiento del país, asegurar las inversiones y cumplir con el marco fiscal”, subrayó el jefe de gabinete.

Según fuentes cercanas a las negociaciones, las medidas fiscales bajo estudio incluirían iniciativas de ajuste fiscal que se analizarán detalladamente en la reunión del miércoles. Simone Tebet destacó que Lula ya tiene una “idea general” sobre los ajustes necesarios, aunque evitó ofrecer cifras, recordando que el presidente tiene la “última palabra” en las propuestas a presentar.