Gremios alemanes desafían al BCE y piden aumentos salariales de hasta 15%
Mientras los sindicatos buscan recuperar el poder adquisitivo erosionado por la inflación, el banco central europeo teme efectos adversos en los precios
Los gremios alemanes exigirán aumentos salariales de hasta un 15%, en busca de recuperar el poder adquisitivo después de tres años de alta inflación, y desafiando las advertencias del Banco Central Europeo (BCE) sobre los posibles efectos adversos de estas subas.
De cara a la negociación colectiva que comenzará a mediados de septiembre, el mayor sindicato alemán, IG Metall, anunció que exigirá un aumento salarial del 7% para los 3,9 millones de trabajadores de las industrias del metal y la electricidad. En tanto que el Bundesbank (banco central alemán) anticipa que en algunas negociaciones se plantearán mejoras de hasta un 15 por ciento.
"Un 7% más de dinero durante 12 meses, 170 euros más para aprendices y estudiantes duales", recomendó la junta directiva de IG Metall para la próxima ronda de negociaciones colectivas en la industria del metal y la electricidad, señalan medios europeos.
"Los pagos únicos realizados por los empresarios en virtud del último convenio colectivo han sido devorados por la inflación. Los empleados merecen una compensación mensual permanente y el reconocimiento de sus esfuerzos", remarcó Nadine Boguslawski, responsable de la política de negociación colectiva en la junta directiva de IG Metall.
Demandas
En la visión del BCE, la preocupación es que no se vuelvan a desbocar los precios. A principio de año, muchas empresas alemanas consiguieron que las mejoras salariales no se convirtieran en permanentes, gracias a pagos únicos no remunerativos para compensar el impacto de la inflación. Los beneficios negociados aumentaron considerablemente en el primer trimestre, un 6,2% interanual. "A este considerable crecimiento salarial contribuyeron tanto los aumentos salariales permanentes como las cuantiosas bonificaciones de compensación por inflación exentas de cotizaciones sociales", comentan los técnicos del Bundesbank.
El sindicato más importante del país, IG Metall, señala que las empresas alemanas tienen una considerable acumulación de pedidos "y los empleados tienen que trabajar duro", mientras que los altos precios en las cajas de los supermercados ejercen presión sobre sus bolsillos.
"Las demandas salariales de los sindicatos oscilan actualmente entre el 7% y el 15% en un plazo de 12 meses y, por lo tanto, todavía se encuentran en un nivel alto. Aunque la inflación ha disminuido considerablemente desde su máximo en 2022, los sindicatos siguen siendo conscientes de las pérdidas salariales reales acumuladas en los últimos tres años", indican los analistas del banco central de Alemania.
Relajación
El sindicato del metal es el más grande y el que suele marcar la pauta para el resto de las negociaciones colectivas. Pero otros gremios buscan todavía mejores condiciones. En términos anualizados, el crecimiento salarial oscila entre el 3,0% en el trabajo temporario hasta el 10,6% en el rubro de logística y transporte de mercaderías.
Ahora mismo, para el BCE, el crecimiento de los salarios es una de sus máximas preocupaciones para volver a poner a la inflación en camino al objetivo de un 2% anual. En la última reunión de la institución, la presidenta Christine Lagarde dijo que "los salarios aumentan a un ritmo elevado". Preocupa porque considera que es el primer paso para que se desate una espiral de salarios y precios. En este marco, los sueldos subieron en el primer trimestre un 5,1% anual, por encima del 4,9% del período anterior.
"Las medidas prospectivas apuntan a una clara moderación del crecimiento salarial, que reacciona con retraso a la inflación. Aun así, la información de los costos salariales envalentona a los halcones del consejo del BCE, que depende de los datos, lo que significa que la relajación de la política monetaria será sólo gradual", explica Riccardo Marcelli, economista de Oxford Economics.