La Asamblea de la ONU expone la fragmentación global
Multilateralismo versus hegemonía de EE.UU., una pulsada abierta
La 80° Asamblea General de las Naciones Unidas está dejando expuesta la fragmentación creciente a nivel internacional, entre aquellos países dispuestos a dejar atrás la globalización para apostar a la vieja idea del aislamiento y el proteccionismo, y los que buscan mantener los aspectos positivos de la interrelación de los mercados globales, cooperando y explorando alternativas a la hegemonía del dólar estadounidense.
Las posiciones quedaron claras el primer día del encuentro internacional, tras las exposiciones de los dos primeros oradores: el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el estadounidense Donald Trump.
Lula remarcó que "el multilateralismo está ante una nueva encrucijada. La autoridad de esta organización está en jaque", quien realizó la primera intervención de la jornada.
A renglón seguido, aseguró que el mundo observa la "consolidación de un desorden internacional", marcado por "la política del poder, atentados a la soberanía, sanciones arbitrarias e intervenciones unilaterales".
En otro tramo de su discurso, el presidente brasileño alertó sobre el uso desproporcionado de la fuerza en Palestina y expresó que "nada justifica el actual genocidio en Gaza". "En Gaza, bajo toneladas de escombros se encuentran sepultados decenas de miles de mujeres y niños inocentes, al igual que el derecho internacional y el mito del excepcionalismo ético de Occidente".
El jefe de Estado de Brasil dijo que "el pueblo palestino corre el riesgo de desaparecer" y añadió que solo será posible que sobreviva si tiene un Estado independiente integrado a la comunidad internacional, como lo defienden más de 150 Estados miembros de Naciones Unidas.
Autoelogios
Después fue el turno de Donald Trump, quien cuestionó el papel de la ONU, a la que acusó de emitir solamente "palabras vacías" que no resuelven los conflictos armados. "Lo único que resuelve la guerra y las guerras es la acción", defendió, afirmando que él mismo puso fin a siete guerras "en lugar de que la ONU lo hiciera". Hasta habló de una supuesta postulación al Premio Nobel de la Paz.
Tras seguir con los autoelogios, ratificó su política de aranceles comerciales, y cuestionó el reconocimiento dado por varios países en los últimos días al Estado de Palestina, en busca de parar la masacre del pueblo palestino bajo la excusa de la lucha contra Hamás.
Y, sobre todo, remarcó el (en su visión) retorno de Estados Unidos a una posición de liderazgo mundial.
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Pero la postura de Trump sólo encontró eco en el presidente Israelí, Benjamín Netanyahu y el argentino Javier Milei, quien ejecutó su habitual seguidismo acrítico de las políticas de Washington.
Los bandos quedaron más o menos definidos: por un lado, el multilateralismo que tiene a los BRICS como principal exponente. Del otro, el águila estadounidense proponiendo un retorno a una hegemonía que hace rato está en jaque. El Mundo, una vez más, afronta una época de creciente incertidumbre.