Brasil registró entre enero y julio de este año un déficit nominal en sus cuentas públicas de 663.224 millones de reales (unos USD121.000 millones), equivalente al 16,30% del PIB, mientras que la deuda marcó un nuevo récord, informó el Banco Central.

El saldo negativo entre los ingresos y los gastos del sector público brasileño, incluyendo el Gobierno central, los regionales, los municipales, las empresas estatales y el pago de intereses de deuda, saltó un 205,4% en los siete primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2019.

El déficit, impactado por la pandemia del COVID-19, principalmente en el segundo trimestre del año, también se triplicó respecto al producto interior bruto (PIB), ya que en los primeros siete meses del 2019 era equivalente el 5,23 por ciento.

La paralización de actividades entre finales de marzo y comienzos de junio desplomó la recaudación tributaria, disparó los gastos públicos e hizo que el balance enero-julio del déficit fiscal superase todo el de 2019, que fue de 429.154 millones de reales (unos USD77.000 millones) o 5,91% del PIB.

En el acumulado de los últimos doce meses terminados en julio, el déficit nominal en las cuentas públicas fue de 875.263 millones de reales (alrededor de USD160.000 millones), equivalente al 12,19% del PIB.

Solo en julio, el país registró un resultado negativo de sus cuentas públicas de 86.909 millones de reales (unos USD15.894 millones).

El déficit primario -que no incluye lo que el Estado destina al pago de intereses de deuda pero que el Gobierno usa como referencia para medir la situación de las cuentas públicas-, fue de 483.773 millones de reales entre enero y julio (USD88.473 millones) y representó un 11,89 % del PIB.

En los primeros siete meses del año pasado, el déficit primario había sido de 8.503 millones de reales (USD1555 millones) equivalentes al 0,20 % del PIB.

La autoridad monetaria informó igualmente que la deuda bruta pública de Brasil hasta el 31 de julio fue de 6,2 billones de reales (aproximadamente USD1,3 billones), equivalente al 86,5% del PIB, un nuevo récord y que supone un aumento de un punto porcentual en relación a la que se tenía en junio.

En diciembre del año pasado, la deuda brasileña equivalía al 75,8 % del PIB y según proyecciones de la Secretaría del Tesoro Nacional podría cerrar 2020 en cerca del 100% debido a los gastos para combatir la pandemia del nuevo coronavirus y por la fuerte caída de la economía proyectada para este año.

En tanto, el mercado financiero brasileño, que reúne a más de 100 bancos, brokers y gestores de fondos del país, moderó sus previsiones con respecto al Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil para este año, con una contracción del 5.28 por ciento.

La proyección supone una mejora de casi dos puntos porcentuales con respecto a hace dos meses, cuando proyectaba una caída del 6.5% en la economía brasileña.

Respecto a las previsiones económicas del país para 2021, el mercado estima un crecimiento del 3.5%, mientras que las proyecciones para 2022 y 2023 apuntan a un crecimiento más moderado del 2.5 por ciento.