Los estadounidenses votan en una elección que podría terminar en la Corte Suprema

Biden lleva ventaja en los sondeos, pero Trump confía en repetir la sorpresa de 2016

BAE Negocios

Tras una votación anticipada récord, millones de estadounidenses se movilizarán mañana en plena pandemia de coronavirus para elegir presidente, renovar toda la Cámara baja del Congreso, un tercio del Senado y las legislaturas de la mayoría de los estados, en medio de un fuerte clima de polarización política y de la peor crisis económica en décadas.

La mayoría de las encuestas pronostican una victoria del candidato opositor, el exvicepresidente Joe Biden, y su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, tanto por el voto popular como en el Colegio Electoral, que es el que vale legalmente.

Sin embargo, los sondeos se equivocaron hace cuatro años y, por eso, el presidente y candidato a la reelección, Donald Trump, sostiene que repetirá la sorpresa de 2016.

No obstante, estas elecciones tienen muchos condimentos nuevos: fue la campaña más cara de la historia de Estados Unidos; todo indica que por primera vez en la historia más gente habrá votado -por correo o presencialmente- antes del día de las elecciones que durante los comicios propiamente dichos; y el propio presidente agitó el fantasma de un fraude al punto de generar temores declarados de la oposición de una crisis poselectoral.

Mientras nadie -excepto Trump- vislumbra la posibilidad de que la oposición demócrata pierda el control de la cámara baja del Congreso, la movilización nacional en torno a varias elecciones senatoriales puso en peligro el dominio republicano de la cámara alta.

Los republicanos poseen una mayoría de 53-47 en el Senado y se ponen en juego 35 bancas, 23 en manos de ellos y 12 de los demócratas.

El posible avance demócrata que pronostican la mayoría de las encuestas también podría expandirse sobre las legislaturas locales que se renuevan y que, en este año particular, suman un valor extra. En la elección de hoy se eligen además los gobernadores de once estados de la Unión, y también los alcaldes de 366 ciudades en todo el país.

Tras el reciente censo nacional, todos los poderes legislativos de los estados deberán redibujar el año próximo los distritos electorales y ya no es secreto que en muchos casos el trazado beneficia a la mayoría parlamentaria del momento.

Un día antes de las elecciones, ya votó de manera anticipada en torno al 70% del total de la participación de 2016, una cifra sin precedentes que en Texas superó el 100% de la participación de la anterior elección presidencial y, en otros 11 estados, el 85%, incluidos seis estados considerados clave para el resultado final.

Pero al mismo tiempo que la oposición demócrata impulsaba el voto anticipado, la campaña presidencial republicana instalaba el fantasma de un fraude con los votos por correo. Con lo cual la posibilidad de que se judicialice el resultado final está a la vuelta de la esquina.

Numerosos analistas advirtieron además que dada la complejidad del conteo de los votos emitidos por diversas vías, el resultado final podría no conocerse mañana por la noche.

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