Los incendios forestales que devastan California desataron una crisis económica y social que impacta de lleno en el sector asegurador. Según Accuweather, los daños totales ascienden a más de 250.000 millones de dólares, y el impacto para la industria de seguros podría superar los 30.000 millones, según estimaciones de JP Morgan Chase.

El análisis de la entidad financiera reveló que las pólizas de propiedad residencial y comercial son las más afectadas en las áreas devastadas, como Pacific Palisades y Altadena. "Las pérdidas aseguradas por este evento podrían alcanzar cifras récord si los incendios no se controlan pronto", alertaron los expertos de JP Morgan en un informe citado por Fox News.

La magnitud de las pérdidas convierte a estos incendios en el evento más severo en la historia de California en términos de costos asegurados. Además, la catástrofe ha evidenciado las grietas estructurales del mercado asegurador en este estado, donde las normativas limitan la capacidad de las empresas para ajustar las tarifas a los riesgos crecientes derivados del cambio climático.

 

Sistema defectuoso

La problemática no es nueva. Gavin Jackson, corresponsal de finanzas de The Economist , señaló que el mercado asegurador de California enfrenta un desequilibrio estructural. En declaraciones al podcast The Intelligence de The Economist , destacó que compañías como State Farm han tomado decisiones drásticas, como cancelar 30.000 pólizas en marzo pasado, debido al creciente riesgo de pérdidas por incendios forestales.

"Muchas aseguradoras están abandonando el mercado porque no pueden cobrar tarifas acordes al nivel de riesgo", explicó Jackson. Esto deja a millones de propietarios de viviendas en una situación vulnerable, sin acceso a seguros privados que cubran catástrofes cada vez más frecuentes.

No obstante, algunas aseguradoras han intentado adaptarse a la crisis. Según el Insurance Information Institute, las empresas están actuando como "primeros intervinientes financieros", proporcionando cobertura inmediata para los gastos de manutención y reembolsos por pérdidas materiales. Además, las normativas estatales obligan a las aseguradoras a garantizar compensaciones mínimas, como el pago de un tercio del valor estimado de las pertenencias personales y al menos cuatro meses de alquiler para los desplazados.

 

Desgravación fiscal

En paralelo a las acciones de las aseguradoras, las autoridades dispusieron medidas fiscales para mitigar el impacto económico en las comunidades afectadas. La desgravación fiscal por catástrofes, una política federal diseñada para aliviar las cargas tributarias de los damnificados, se activó tras los incendios forestales de 2025 en Los Angeles. 

Entre las disposiciones más comunes de este esquema se incluyen prórrogas en los plazos de pago de impuestos, deducciones por pérdidas accidentales y ayudas libres de impuestos. Estas medidas buscan proporcionar un respiro financiero inmediato a los afectados, mientras reconstruyen sus vidas.

Sin embargo, los expertos advierten que estos incentivos fiscales son solo un paliativo. Para que los damnificados puedan salir adelante, se necesita una solución más integral que aborde las causas de fondo, como la crisis climática y la fragilidad del sistema asegurador frente a fenómenos extremos.

 

Un futuro incierto

Mientras California enfrenta una de las peores catástrofes en su historia reciente, la industria de seguros se encuentra en una encrucijada. Sin reformas estructurales que permitan ajustar las tarifas al riesgo y sin una política climática más ambiciosa, las pérdidas económicas seguirán aumentando.

El impacto de los incendios no solo se pone en jaque al sector asegurador, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de millas de familias que dependen de estas coberturas para recuperar su estabilidad financiera. La solución, según los analistas, requiere una acción conjunta entre el sector privado y el público para garantizar un sistema más robusto y resiliente ante los desafíos del cambio climático.