La oficina del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, envió sus disculpas a la reina Isabel tras conocerse que los funcionarios participaron de una fiesta la noche anterior al funeral del príncipe Felipe, en abril de 2021. Se dio en el marco de las crecientes acusaciones en su contra, por la recurrente participación en fiestas durante la pandemia. 

"La oficina del Primer Ministro lamenta profundamente que esto haya ocurrido en un momento de luto nacional", decía el comunicado oficial. El fallecido esposo de la reina había sido velado en el Castillo de Windsor y las fotos de la reina absolutamente sola en la capilla conmovieron al mundo entero por la evidencia de las fuertes restricciones por la pandemia del coronavirus (Covid-19). 

Dicha fiesta se ubica en el contexto del llamado "partygate" del Gobierno de Johnson, que alista una serie de celebraciones privadas entre ministros, secretarios y otros funcionarios en pleno confinamiento decretado oficialmente para evitar la circulación del virus. 

A mitad del 2021 el diario The Sun publicó una foto del entonces secretario de Salud británico, Matt Hancock (quien renunció luego del escándalo), besando a una asesora de la misma cartera, Gina Coladangelo, en mayo. Ese fue el puntapié para el descontento público con la diferencia entre lo que decretaba el Gobierno para la sociedad -con el ministerio de Salud como organismo clave en tiempos de pandemia- y las celebraciones que revelaron tenían los trabajadores de Downing Street. 

The Guardian publicó esta foto en su portada

Este sábado el diario The Mirror se refirió a la continuidad de una tradición de larga data: "Los vinos de los viernes" ("Wine-time fridays", en inglés) es una celebración que la casa de Gobierno mantuvo pese a la pandemia. Al finalizar la semana laboral, se juntaban para tomar unas copas de vino: "Pensar que (Boris Johnson) no lo sabía no tiene ningún sentido", consideró el medio. 

Tal es así, que una imagen fue difundida en la que se lo ve tomando vino junto a su esposa, Carrie Johnson, y otros miebros de su administración en el patio del palacio de Gobierno. La situación se dio en mayo del 2020, luego de una conferencia en la que habían pedido a la sociedad que respetara los protocolos sanitarios vigentes en ese entonces. 

Esta serie de reuniones hizo que el Gobierno de Boris Johnson esté en la cuerda floja. La oposición ha pedido enfáticamente su renuncia desde las últimas revelaciones y la sociedad se ha sumado a protestar. Este sábado se reunieron con máscaras del mandatario a ironizar y rechazar masivamente sobre su accionar en medio de la pandemia. 

La secretaria permanente del gabinete de gobierno, Sue Gray, es la persona encargada de llevar adelante la investigación que se conocerá en unas semanas para determinar si efectivamente se incumplían las normas sanitarias en las celebraciones.  

Mientras tanto, el primer ministro ofreció sus disculpas durante una sesión parlamentaria: "Quiero pedir disculpas. Sé de los extraordinarios sacrificios que millones de personas han hecho en los últimos 18 meses. Soy consciente de la rabia que sienten hacia mí y hacia mi gobierno cuando piensan que las reglas no se cumplieron en Downing Street", destacó. 

"Desde la perspectiva actual, creo que debí haber pedido a todos que volvieran adentro. Debí haberme dado cuenta de que, aunque técnicamente se estaban cumpliendo las recomendaciones oficiales, millones de personas serían incapaces de verlo de ese modo", indicó el jefe de Estado, quien antes solía negar su participación en este tipo de fiestas. 

Si bien este escándalo no determina la salida de su cargo, Boris Johnson está atravesando fuertes críticas de la mayor parte de la sociedad inglesa, así como de la oposición política. La editora política de la BBC, Laura Kuenssberglo, concluyó en que esta situación "pone sobre la mesa algo que antes era impensable: que el periodo de Boris Johnson en el poder podría acabar pronto".