Plebiscito: Putin se acerca a gobernar Rusia hasta 2036
Este miércoles finalizó la votación que introduce 206 modificaciones a la Constitución y permitirían al mandatario ser reelegido, pese a que ya cumplió dos períodos consecutivos. Entre las enmiendas se destaca la introducción de Dios, aunque Rusia es un país laico, y la implícita prohibición del matrimonio homosexual
Este miércoles finalizó en Rusia la última jornada para votar el plebiscito constitucional que introduce una serie de enmiendas en la Constitución y que, de aprobarse, avalaría al actual presidente Vladimir Putin a mantenerse en el poder hasta 2036. Según resultados preliminares, el 72,14% votó a favor de las modificaciones.
La Comisión Electoral de Rusia (CEC) informó que lleva escrutado el 20% de las mesas. La participación nacional, aseguran, superó el 60% y ascendió hasta el 63% en Moscú. En contra de las enmiendas estaría solo el 27,86% de la población.
Este proceso comenzó el 25 de junio y finaliza este miércoles, aunque los resultados finales se darán a conocer recién la semana próxima. El plebiscito, que se celebró en medio de estrictas medidas sanitarias y de seguridad, iba a celebrarse el 22 de abril, pero se pospuso por la pandemia de coronavirus, que en el país ha infectado a más de 650.000 personas.
De acuerdo con la CEC, que extendió el período de votación a una semana para evitar aglomeraciones, más del 56% del padrón participó a través del voto adelantado, informó la agencia de noticias EFE. La votación concluyó a las 20 (14 de Argentina) e inmediatamente después comenzó el escrutinio, que concluirá la semana próxima.
El plebiscito busca definir la aprobación definitiva de 206 modificaciones a la ley fundamental propuestas por el jefe del Kremlin. Además de la enmienda que le permitiría a Putin presentarse a la reelección en 2024, cuando termina su mandato, se incluyen otras enmiendas para la indexación anual de las jubilaciones y la prohibición de secesión de territorios, entre otras.
Las enmiendas a la Constitución de Rusia establecen los nuevos requisitos que deberá cumplir el presidente del país, los miembros del Gobierno y del Parlamento y los altos cargos relacionados con la soberanía y la seguridad nacional.
Entre otras cuestiones, las reformas constitucionales modifican las funciones del Ejecutivo y del poder legislativo, prohíben expresamente la secesión de los territorios que integran Rusia y fijan el límite máximo de dos mandatos presidenciales de seis años, salvo para el actual mandatario.
Entre las enmiendas se han incluido varias de un claro contenido conservador, como incluir la "fe en Dios" en la Carta Magna, aunque Rusia sea oficialmente un país laico; o la consagración del matrimonio como unión de hombre y mujer, lo que en la práctica prohíbe el matrimonio homosexual.
Para que sean aprobadas, las reformas constitucionales deberán ser ratificadas por los ciudadanos rusos en referéndum. Putin, de 68 años, está completando su segundo y 'a priori' último mandato consecutivo, que termina en 2024, tras haber ejercido previamente el cargo entre 2000 y 2008, cuando pasó el testigo a Dimitri Medvedev y él se convirtió en primer ministro.
Putin eligió votar este miércoles, en la última jornada electoral. Al igual que en votaciones anteriores, lo hizo en la Academia de las Ciencias de Rusia, en la Avenida de Lenin. Llegó sin tapabocas, pese a las recomendaciones oficiales por la pandemia de coronavirus, y no hizo declaraciones a la prensa.
El mensaje de PutinEste martes, a un día de la jornada decisiva de la votación, Putin dio un mensaje a la nación en el marco de la inauguración de una monumental estatua en honor a los soldados muertos en la Segunda Guerra Mundial e instó a los rusos a concurrir a las urnas a ejercer su derecho cívico.
"Cada voto es importante. No votamos solo por las enmiendas... votamos por el país en el que queremos vivir", dijo el jefe del Kremlin durante una intervención televisiva.
Junto a su homólogo de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, presentaron en Khoroshevo, a las afueras de Rzhev, al noroeste de Moscú, un enorme monumento en homenaje a los soldados caídos del Ejército Rojo que lucharon en una de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra.
La batalla de Rzhev implicó enormes pérdidas soviéticas. En una ceremonia sombría que involucró a las tropas colocando coronas de flores ante la imponente figura de un soldado, Putin destacó la pérdida de 1,3 millones de soldados del Ejército Rojo.