La confianza de los inversores alemanes se desplomó a su nivel más bajo desde enero, afectada por una serie de indicadores económicos negativos y la creciente incertidumbre global. En ese contexto, el índice de confianza inversora del Centro para la Investigación Económica Europea (ZEW), publicado hoy, cayó a 19,2 puntos, lo que representa una baja de 22,6 puntos en comparación con julio.

Este panorama refleja la creciente preocupación en el mercado por la ambigüedad en la política monetaria, los decepcionantes datos empresariales de Estados Unidos y el temor a una escalada del conflicto en Oriente Medio. 

Al respecto, Achim Wambach, presidente del ZEW, advirtió que las perspectivas económicas de Alemania “se están desmoronando”. Destacó que la contracción del PIB en el segundo trimestre (-0,1%) sorprendió a los analistas, que ahora anticipan a lo sumo un crecimiento marginal para el resto del año.

Aunque en junio la industria alemana mostró un pequeño repunte en los pedidos (+3,9% mensual), la persistente debilidad en las exportaciones y el aumento de quiebras empresariales reflejan un cuadro preocupante. En mayo, las quiebras subieron un 30,9% interanual, alcanzando su nivel más alto desde 2017, lo que suma incertidumbre a un escenario ya complicado.

Además, las políticas fiscales del gobierno de Olaf Scholz, que incluyen un mayor endeudamiento, han generado inquietud en un país donde la deuda es vista con escepticismo, afectando aún más la confianza en la inversión.

A nivel europeo, la situación también es preocupante. El índice de confianza inversora en la eurozona cayó en agosto a 17,9 puntos desde los 43,7 puntos del mes anterior, aunque la valoración de la situación actual mostró una leve mejora, permaneciendo en territorio negativo con -32,4 puntos.