Secundarios franceses toman escuelas y se multiplican las protestas
Los estudiantes se manifiestan contra las reformas educativas y acusan al Gobierno de responder a los "chalecos amarillos" sólo con violencia
Un centenar de escuelas secundarias fueron tomadas hoy en Francia de forma total o parcial para protestar contra las reformas del sector educativo y, en algunos casos, como apoyo al movimiento conocido como los chalecos amarillos, denunció el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquier.
Sindicatos estudiantiles como la Unión Nacional de Estudiantes de Bachillerato y el Sindicato General de Estudiantes de Bachillerato denunciaron las reformas del secundario y el nuevo acceso a los estudios superiores impuestas por el gobierno y lo acusaron de responder sólo con violencia a las protestas de los chalecos amarillos.
Al mismo tiempo, la tensión por las protestas volvió a crecer hoy cuando referentes del movimiento decidieron a último momento no ir a la casa de gobierno a reunirse con el primer ministro, Édouard Philippe, y denunciaron "amenazas de muerte" y faltas de garantías, según el diario Le Parisien.
Al volver al país después de su paso por Buenos Aires para el G20, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, le pidió al primer ministro que se reúna con los líderes del arco político y representantes de los chalecos amarillos para tratar la crisis que vive el país.
Este fin de semana que pasó fue la tercera semana consecutiva de protestas masivas en todo el país contra el aumento de combustibles para subsidiar la llamada transición ecológica planteada por el gobierno y contra el aumento del costo de vida en general.
Las manifestaciones, esta vez, se descontrolaron y terminaron con escenas de caos y batallas campales: 288 detenidos, 110 heridos, fogatas enormes en los distintos barrios de París, autos incendiados, locales de ropa de lujo saqueadas, edificios públicos atacados y monumentos grafiteados.
Tras esta noche de violencia y descontrol, miembros del movimiento horizontal y sin liderazgos claros de los chalecos amarillos pidieron en la prensa "una salida a la crisis" y el gobierno, presionado por todo el arco opositor, llamó a un diálogo.
Este diálogo, sin embargo, no se dio y las protestas se amplían cada vez más a otros sectores de la sociedad en todo el país.
Hoy, por ejemplo, un grupo de estudiantes secundarios se unieron a manifestantes con chalecos amarillos y trabajadores de la agricultura para pedir la renuncia del presidente Macron y llamar a la "revolución" frente a la municipalidad de la ciudad de Limoges, en el centro del país.
En el suburbio Aubervilliers, al noreste de París, un grupo grande de estudiantes secundarios rodeó y bloqueó la escuela Jean-Pierre Timbaud y se declaró en solidaridad con el movimiento de los chalecos amarillos.
En tanto, cientos de manifestantes con chalecos amarillos continuaron hoy sus protestas y bloqueos en rotondas, autopistas, rutas y accesos a complejos petroleros en diversos puntos del país como Bretaña, en el oeste, y los Pirineos y la Costa Azul, en el sureste.
Las empresas francesas de camiones que transportan mercancías denunciaron hoy pérdidas por 400 millones de euros desde que comenzaron los piquetes y las protestas de los chalecos amarillos hace tres semanas.