Cerca de 600.000 venezolanos han perdido su estatus de protección temporal (TPS) en Estados Unidos, quedando expuestos a la deportación.

Esta medida, impulsada por la administración de Donald Trump y respaldada por el Tribunal Supremo, ha sido descrita como la "mayor ilegalización instantánea" de migrantes en la historia del país.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, argumentó que Venezuela ya no cumple con las condiciones para mantener el TPS, citando mejoras en la economía y la seguridad, a pesar de las denuncias de una crisis humanitaria persistente.

La decisión afecta principalmente a aquellos que se acogieron al TPS en 2021. Adelys Ferro, directora ejecutiva del Venezuelan American Caucus, calificó la situación como "devastadora", destacando los casos "más dolorosos" relacionados con la salud.

En una entrevista con Univision, Ferro mencionó que muchos venezolanos se han "autodeportado", dejando incluso sus vehículos en los aeropuertos para regresar a Venezuela. "Hay niños que pierden becas, deportistas que abandonan entrenamientos, empresarios que cierran negocios", afirmó.

Los migrantes afectados ahora enfrentan procesos de deportación, aunque algunos pueden solicitar asilo o visados humanitarios. Sin embargo, muchos temen que regresar a Venezuela "implica desaparecer a manos del régimen", denunciando una "situación de terror".

La comunidad venezolana en Estados Unidos se encuentra en un estado de incertidumbre y miedo, mientras buscan alternativas para evitar la deportación y proteger a sus familias.