Estados Unidos y Ucrania cerraron en Ginebra un borrador de trabajo que redefine el marco de paz impulsado por Washington para encaminar la resolución del conflicto, iniciado en 2022 tras la invasión rusa. Según la Casa Blanca, el documento surge de varias rondas técnicas realizadas en Suiza y llega con una versión “actualizada y refinada”, abierta todavía a ajustes.

El borrador fija que las decisiones estratégicas queden en manos de los presidentes de ambos países, un modo de blindar políticamente cualquier avance. Kiev expresó su agradecimiento al gobierno estadounidense y al presidente Donald Trump, gesto que busca mantener alineado el respaldo de la potencia que desde el inicio de la guerra se convirtió en su principal fuente de financiamiento militar y diplomático.

El clima de cortesía diplomática chocó con el tono que Trump desplegó ese mismo domingo en redes sociales. Sin filtro, apuntó contra las autoridades ucranianas y las acusó de actuar con desdén hacia Washington: “El liderazgo de Ucrania expresó cero gratitud por nuestros esfuerzos”, escribió en un mensaje que reavivó el debate interno sobre el costo político y económico del apoyo a Kiev.

Delegados de Estados Unidos, Ucrania y países europeos mantuvieron encuentros multilaterales mientras la Casa Blanca empuja un plan de paz de 28 puntos que busca ordenar demandas, compromisos y garantías de seguridad. Ese esquema, que ya circula entre las capitales aliadas, funciona como un intento de reestablecer una hoja de ruta común luego de meses de desacoples entre socios occidentales por el financiamiento y la estrategia militar.

La delegación ucraniana también se reunió con asesores de Seguridad Nacional del Reino Unido, Francia y Alemania, tres actores que desde el inicio del conflicto integran el núcleo de apoyo europeo. Tras esas conversaciones, Kiev mantuvo un mano a mano con funcionarios estadounidenses para ajustar posiciones antes de la próxima ronda.