El presidente de China y líder del Partido Comunista local, Xi Jinping, aseguró este jueves que su país "ya no será intimidada, oprimida o subyugada" por naciones extranjeras, y advirtió a quien lo intente "tendrá la cabeza aplastada en sangre contra un gran muro de acero".

"El ascenso de China es una inevitabilidad histórica y ya no será intimidado, oprimido o subyugado por países extranjeros. Cualquiera que se atreva a intentarlo tendrá la cabeza aplastada en sangre contra un gran muro de acero forjado por más de 1.400 millones de chinos", apuntó el mandatario en el discurso central que dio en el marco de la celebración por el centenario del Partido Comunista Chino .

Para Jinping "solo el partido podría garantizar la estabilidad contínua" de la nación, y cualquier intento de separar el país fracasaría. "Sin el Partido Comunista, no habrá una nueva China", enfatizó frente a una multitud de más de 70.000 personas en la ceremonia que se realizó en la Plaza de Tiananme.

El Partido Comunista Chino fue fundado en secreto en una pequeña casa de ladrillos en la antigua Concesión Francesa de Shanghai por una docena de delegados en julio de 1921.

Durante su posterior ascenso al poder, mostró un sólido pragmatismo en momentos cruciales para asegurar la supervivencia como espacio político único, lo que convirtió a China en la segunda economía más grande del mundo, y capaz que alcanzar el liderazgo por sobre Estados Unidos, según algunas estimaciones.

"Ahora marchamos con confianza hacia el objetivo del segundo centenario de transformar a China en un gran país socialista moderno en todos los aspectos", sentenció Xi Jinping.