En un ejemplo real: un vuelo a Bariloche. La tarifa base en una low cost puede ser de $60.000. Pero ese precio solo incluye una mochila pequeña. Si sumamos elegir asiento ($5.000), una valija de mano ($12.000) y una en bodega ($15.000), el total es de $92.000. En la línea de bandera, una tarifa que ya incluye todo eso puede costar $110.000.

¿Por qué conviene cada una?

Primero, por lo que incluye. La low cost es para el viajero que vuela ligero y prioriza el precio por sobre todo. La tradicional es para quien busca una experiencia más clásica, con todo incluido y sin sorpresas.

¿Y la plata?

La diferencia final es mucho menor de lo que parece al principio. Si necesitás llevar equipaje, a veces la tarifa de la aerolínea tradicional es más conveniente. Si viajás solo con una mochila para una escapada de dos días, la low cost es imbatible.

¿Y la comodidad?

Las aerolíneas tradicionales suelen ofrecer un poco más de espacio entre asientos ("seat pitch") y un servicio a bordo (snack y bebida) que las low cost no tienen o cobran aparte. La experiencia general tiende a ser más ordenada.

 

¿Viajar con familia conviene?

Las familias suelen necesitar más equipaje, lo que encarece mucho el modelo low cost. A menudo, una tarifa familiar en una aerolínea tradicional, que ya incluye las valijas, puede resultar más económica y menos estresante que sumar todos los adicionales en una de bajo costo.

Tips finales para aprovechar:

• Calculá siempre el costo final: No te dejes seducir por la tarifa base. Sumá todos los adicionales que vas a necesitar.
• Leé la política de equipaje: Es la principal fuente de costos ocultos. Medí y pesá tus bolsos en casa.
• Si volás low cost, hacé todo online: Agregar servicios en el aeropuerto es carísimo.
• Valorá tu comodidad: A veces, pagar un poco más por un asiento más cómodo en un vuelo largo puede valer la pena.

La batalla por el cielo argentino te da más opciones que nunca. Analizá tu estilo de viaje, calculá el costo real y elegí la aerolínea que mejor se adapte a vos.