Desde el inicio de la pandemia cerraron 180 boliches en Ciudad y Provincia de Buenos Aires
Los empresarios del sector arremeten contra las autoridades de los gobiernos nacional, provincial y municial: "Nos discriminan y nos marginan"
Tras permanecer, en varios casos, catorce meses con sus puertas cerradas, la situación financiera de las discotecas porteñas y de la provincia de Buenos Aires se torna desesperante. Incluso, en plena segunda ola de coronavirus, muchas de ellas, ya tiraron la toalla: unos cuarenta boliches de la Ciudad no funcionarán más y lo mismo ocurrirá con cerca de 140 del territorio bonaerense. El Bosque de Quilmes o Liquid en Palermo son sólo algunos que conforman la lista de cierres que se engrosa casi diariamente.
"Hay gente que está fundida y todavía no lo sabe. Cuando quieran reabrir y se den cuenta todas las deudas que tienen que afrontar ahí se van a dimensionar la gravedad de la situación. Un 35% de los boliches ya cerraron, y del restante 65% que queda, un 15% no va a poder afrontar las deudas de alquileres, servicios y juicios laborales y va a tener que concursarse", le explica a BAE Negocios Omar Capalbo, presidente de la Cámara de Empresarios de Bares y Afines de Capital Federal (CEDEBA).
En la actualidad, hay dueños de inmuebles donde funcionaban las discotecas antes de la pandemia que están recibiendo propuestas jugosas para alquilarlos que quintuplican lo que hoy pagan los que administran el boliche. Por eso, ante la falta de un horizonte claro, muchos están optando por abandonar el local.
Con respecto a la actitud de los funcionarios de los diferentes gobiernos durante la pandemia, el empresario coincide con los dichos de su colega de la Cámara Empresaria de Discotecas y Bares de la Provincia de Buenos Aires (CEDIBBA), Carlos López. "Fuimos tratados como marginales y nos discriminaron", aseguran ambos. "En septiembre del año pasado, presentamos un protocolo que luego mejoramos y fuimos la única actividad que nunca recibió una respuesta de las autoridades", dice López, propietario de la discoteca Chankanab en San Martín, quien agrega que, como todos los empresarios del sector, arrastra diversas deudas por servicios impagos. "Sólo de Edenor, tengo 500.000 pesos", ejemplifica.
Por su parte, Capalbo se indigna porque mientras en la Ciudad permiten un aforo de 50% en cines y teatros y 30% en bares, a las discotecas sólo le habilitan un 10 por ciento. "Aunque sea que nos den el 30% y nos dejen operar como bar", reclama.
Antes de la pandemia, la industria de las discotecas englobaba a unos 400 empresarios que representaban a 1.000 establecimientos en todos el país que le daban trabajo a 300.000 personas en forma directa e indirecta.
ClandestinasEn el sector aseguran que está situación, que mantiene a los boliches cerrados y sin un horizonte claro, lo único que hace es impulsar la proliferación de fiestas clandestinas que no tienen ningún control y que son focos de contagios. "Mucha de la gente que trabajaba con nosotros, como los disc jockey o los de la barra, por necesidad hoy van a trabajar a fiestas clandestinas. Hacen lo que sea para subsistir. Es más, conozco a muchos chicos que pasan música que tuvieron que vender sus equipos", cuenta López.
"La actividad está de rodillas. Sólo el 10% de los boliches accedió el año pasado a los créditos del Banco Ciudad y ahora no los pueden pagar. Pedimos que contemplen darnos una moratoria de ABL e Ingresos Brutos", reclama Capalbo.