Eduardo Elsztain estudia una gráfica que se parece a un electrocardiograma durante un ataque cardíaco. Muestra cómo el producto interno bruto en su Argentina natal ha girado durante las sucesivas crisis en las últimas décadas.

"Los peores momentos están aquí y aquí", dice Elsztain, uno de los principales desarrolladores inmobiliarios de América Latina. Luego señala las profundidades de 2002 y 2008. "Ahora mira lo que sucede en los 12 meses posteriores a la caída".

Sus cifras muestran que el índice bursátil Merval del país se recuperó un 700% en los años posteriores a la devaluación de 2002 y un 294% después de la crisis financiera de 2008. "Argentina ha sido volátil durante 40 años y en cada ciclo incorporamos más activos", explica Elsztain, de 60 años. "Entonces, en uno eran bienes raíces, en otro eran viviendas, en otro eran centros comerciales. . . Se trata de aprovechar los ciclos", explicó al Financial Times.

Esa fe en los activos reales es lo que distingue a Elsztain de un consenso empresarial generalmente sombrío en Buenos Aires. Argentina, señala, tiene uno de los niveles más bajos de deuda del mercado inmobiliario de cualquier país y, aunque su gobierno tiene una deuda de USD330.000 millones, sus ciudadanos tienen muchos miles de millones guardados en ahorros. "Al final, este dinero volverá rápidamente a la economía cuando tengas un nuevo liderazgo ", predice.

Sus horizontes son a largo plazo. Argentina está sumida en una profunda recesión con tasas de inflación de más del 50% el año. Sin embargo, Elsztain es optimista.

“Argentina ha sido volátil durante 40 años y en cada ciclo incorporamos más activos”, asegura el magnate

"Si vas aquí al centro de convenciones", dice, señalando hacia la ventana de su oficina. "No hay un solo estacionamiento gratuito. . . la gente piensa que el país está pasando por su peor momento, pero acabamos de tener la mayor cosecha de granos en la historia de Argentina ".

Su principal vehículo local, IRSA, es la compañía de bienes raíces más grande de Argentina.

Cresud, una compañía tenedora cotizada en Nasdaq controlada por Elsztain, posee el 62% de IRSA, así como casi 900.000 hectáreas de tierras agrícolas en Brasil, Paraguay y Bolivia. La cartera de IRSA se extiende al edificio Lipstick de Nueva York y al grupo israelí BID, uno de los conglomerados más grandes del país que ha consumido alrededor de USD580 millones en inyecciones de capital desde que invirtió por primera vez hace siete años.

Israel es un mercado notoriamente difícil para los inversores extranjeros, pero Elsztain no se arrepiente de su gran inversión allí, a pesar de las dificultades que han incluido un regulador que lo obligó a deshacerse de una subsidiaria de seguros por lo que consideraba muy por debajo del valor de mercado.

"Han sido los siete años más sorprendentes y desafiantes de mi carrera comercial de 40 años", dice sobre sus inversiones en ese país.