Irregularidades financieras dejan a Mitsubishi sin su presidente
Carlos Ghosn fue artífice de la alianza que une desde hace casi dos décadas a Nissan y Renault
El consejo de administración de Mitsubishi Motors destituyó a Carlos Ghosn como presidente, tras su detención hace una semana por presuntas irregularidades financieras realizadas en los últimos años develadas en una investigación interna de Nissan, donde también fue despojado de todos sus derechos de representación.
Ghosn era el máximo responsable de Mitsubishi Motors desde 2016, cuando la empresa pasó a ser controlada por la también nipona Nissan Motor para integrarse más adelante en una triple alianza junto a la francesa Renault.
Los siete miembros restantes del consejo directivo de Mitsubishi, presidido hasta ahora por el propio Ghosn, votaron la destitución por unanimidad en una reunión celebrada en la sede de Tokio, según anunció su CEO Osamu Masuko en declaraciones a los medios.
El directivo, de 64 años, fue detenido por las autoridades niponas el lunes de la semana pasada por dejar de declarar ingresos por 38 millones de euros que percibió como alto dirigente de Nissan. Desde entonces permanece en un centro de detención de Tokio.
Tras la destitución, Masuko afirmó que "no hay motivos para mantener a Ghosn en el cargo" tras haber "perdido la confianza de Nissan", y señaló además que sería "muy difícil" que el alto ejecutivo pudiera continuar con sus funciones mientras está detenido.
El CEO de Mitsubishi ocupará provisionalmente la presidencia de la empresa hasta que se decida quién asumirá la dirección de forma definitiva en una junta de accionistas prevista para antes de fin de año.
Mitsubishi lleva adelante una investigación interna para comprobar si se produjo alguna anomalía relacionada con los emolumentos de Ghosn por sus funciones dentro de la empresa, aunque por el momento señaló que no se halló nada irregular.
El ejecutivo francobrasileño fue el principal artífice de la alianza que une desde hace casi dos décadas a Nissan y Renault y a la que posteriormente se unió Mitsubishi, y hasta su detención compaginaba los cargos de máximo responsable del grupo tripartito con puestos en las cúpulas directivas de cada uno de los tres fabricantes automovilísticos.