La necesidad impuso la moda de comprar y vender cosas usadas
Ropa, libros, celulares, muebles de oficina, electrodomésticos, vestidos de fiesta, nada se tira. Antes se regalaba, ahora muchos prefieren vender lo que no usan para llegar a fin de mes
La necesidad de tener efectivo hace que muchos busquen en su casa que se puede vender. Lo que antes se regalaba o donaba, ahora se vende, lo que se cambiaba ahora se arregla. Nada se tira, todo se recicla. La compra venta de productos usados está en auge.
La economía circular crece y se expande en todas las clases sociales. No se trata de seguir las reglas de Marie Kondo, se trata de intentar llegar a fin de mes. Lo primero que se busca para vender es la ropa y los libros.
La ropa circula entre amigas, por grupos y en vivos de Facebook y también en ferias americanas. Algunas ideadas por amigas, otras ferias pertenecen a grandes cadenas que están en varios barrios. Algunas toman la ropa a consignación, las menos las pagan en el acto, otras como una famosa feria de Marcelo T. de Alvear pagan dos veces al año.
Las grandes ferias buscan ropa de marca, eso es lo primero que aceptan. Si no es de marca debe ser de diseño, muy original. Obvio, todo tiene que estar en muy buen estado. Ofrecen o un porcentaje del precio de venta o la posibilidad de canjear lo ganado en productos de la feria, en ese caso el porcentaje crece. El éxito es tal que las grandes cadenas de ferias americanas desembarcaron en la calle Florida.
Ana y María son dos hermanas que estudian y si bien algo trabajan y viven en la vivienda familiar, necesitan dinero para salir con sus amigas, para comprar apuntes, para darse algún gusto. Su madre recibe libros de diversas editoriales, algunos los lee, otros se los da a sus hijas para que los revendan. Primero fueron a Parque Rivadavia, no les convenció la oferta y sin dudarlo, las chicas decidieron ir los fines de semana a Parque Los Andes, la feria de Chacarita, tiran una manta y aprovechan para vender libros, revistas antiguas y suman prendas que ya no usan.
En la feria de Los Andes hay alrededor de 1.000 manteros. Entre Dorrego y Jorge Newbery hay una feria autorizada por el Gobierno de la Ciudad que en puestos diversos vende desde antigüedades hasta prendas y artesanías. Pero desde Jorge Newbery hasta la puerta del cementerio de Chacarita sábados, domingos y feriados se puebla de vendedores. No se cobra nada, por eso se llena de vendedores, sólo basta acercarse y hablar con las mujeres que organizan el espacio para que o haya peleas por los lugares. Algunos llegan a las 6 de la mañana para tener buena ubicación. Trabajan todo el día. Hay muchos estudiantes, gente desempleada y corridos de ferias como Parque Centenario.
Una vez que los libros y la ropa ya está ubicada o por lo menos a la venta, le llega el turno a la vajilla, valijas, electrodomésticos, herramientas de trabajo, bolsos, carteras, cubrecamas, bazar, todo lo que no se use va a la venta. En los últimos meses comenzaron a resurgir las casas de compra y venta de artículos usados, algunas hasta tienen largas filas de personas que necesitan dinero y se desprenden de cosas, algunas de mucho valor otras no tanto.
En una época Buenos Aires llegó a ser sede de varias cadenas de compra y venta de usados que se disputaban el negocio. Algunas de origen internacional, llegan y se expandían a través de franquicias. Quedaron varias, algunas ya no conservan su nombre de fama internacional, pero si la experiencia.
Hace un tiempo, el consultor Guillermo Oliveto analizó el fenómeno de la segunda mano: "Una franja cada vez mayor de la población sólo puede comprar cosas usadas. Además, las ventas se vieron impulsadas por un cambio de valores sociales. Ya nadie mira mal al que compra un artículo de segunda mano, e incluso para muchos está bien visto, porque es sinónimo de austeridad", explicó.
Hace muchos años, estaba “de moda” en épocas difíciles empeñar los bienes alhajas, tapados de pieles, en las sucursales de Flores y Once del Banco Ciudad. Se dejaban los bienes a cambio de un dinero cash, y luego se recuperaba pagando intereses o salía a remate. Aún hoy, se rematan estos objetos con historias detrás.
Grandes empresas han encontrado en el nicho de la compra venta un negocio más que interesante. Incluso algunas como Cash Converters, una cadena de acaba de abrir su local 73 en España ideó un nuevo formato. “Junto a la venta de productos de segunda mano, la tienda de Cash Converters contará con el servicio ‘Venta Recuperable’, una solución que permite vender artículos que los clientes no necesitan o usan en un momento puntual, a cambio de una cantidad económica que reciben al momento y con la posibilidad de recuperar el producto al cabo de un tiempo”, contó un sitio online español. Como una especie de hipotética que da la chance de volver a ver lo preciado.
En estos tiempos de inflación, subas de servicios, altos alquileres y expensas, a algunos no les queda otra que vender sus joyas. Saben que en casi todas las trasnoches de los canales de televisión, actores y actrices muestran que la venta es fácil. Hay un mercado paralelo que hasta comenzó a abrir joyerías, pero el verdadero objetivo es comprar oro para revenderlo, un negocio que multiplica sus frutos.
Un dato no menor es que las mismas compañías de celulares encontraron un nicho para la venta de equipos usados, restaurados, garantizados y hasta en cuotas.
Comprar ropa, un celular, un auto usado y hasta alguna antigüedad está de moda. Encontrar una prenda de diseño, antigua u original usada a precio económico, no es lo mismo que ir a una tienda de una gran marca con todo el dinero en mano. Tiene su encanto, hay que buscar, revisar, caminar, recorrer, pero vale la pena.
Oliveto decía hace unos pocos años "el producto usado pasó a ser para una franja cada vez mayor de la población la única posibilidad de seguir consumiendo, y las ventas también se vieron impulsadas por un cambio de valores sociales".
La necesidad ya no es sólo de las clases bajas, es también de la clase media y de las más acomodadas. Hay ferias americanas en Nordelta, una empresa de primera marca remata los muebles y vehículos que no usa, otra va y lo adquiere usado. No está entre las últimas opciones comprar algo usado, ya está entre las primeras alternativas.