Las provincias no creen que el incremento de los biocombustibles fomente su mayor utilización
El Gobierno elevará el corte de biodiésel y bioetanol en surtidores, pero gravará la suba
Días atrás el secretario de Energía, Javier Iguacel, adelantó que se publicará en breve una resolución para elevar el corte de biodiésel en su mezcla con el gasoil, que hoy es del 10%, para pasarla al 25 por ciento. La medida no será obligatoria y podrá ser tomado o no por los gobiernos del interior del país. Sin embargo, esta medida tendrá impuestos, lo que las provincias rechazan de plano, dado que perderá su impacto para las economías regionales y, desde ya, significará aumentos en los surtidores.
Fuentes de la reciente formada Liga Bioenergética -conformada por Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Salta- argumentaron a BAE Negocios que rechazan de plano la idea de gravar el corte por encima del 10 por ciento.
Sucede que este tipo de impuestos no son coparticipables, lo que dejaría a las provincias sin ingresos. Igualmente para avanzar en su implementación se deberá recurrir al Congreso.
Para las provincias mencionadas, el biodiésel tiene muchos beneficios para la sociedad frente al gasoil importado, con lo cual se lo eximió del impuesto por sus condiciones ambientales, sociales y productivas, entre otras.
Al respecto, el director el ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Claudio Molina, aseguró que "al elevar el corte de biodiésel al 25% de forma voluntaria, no serán las provincias las que lo decidan sino los consumidores".
En este punto se entiende que las estaciones de servicio no estarán obligadas a anticipar al consumidor el tipo de corte, pero si este sobrepasa el 25% establecido deberá figurar un cartel que indique el porcentaje de mezcla antes de su compra.
Otro tema no menor es que "al aplicar impuestos al biodiésel, probablemente surjan plantas marginales que terminarán siendo competitivas", afirmó Molina.
Respecto de los precios, desde el sector industrial señalaron que el producto nacional es más barato que el gasoil importado, ya que tiene una relación de $4 más impuestos por litro a favor de los biocombustibles. Es decir, 21 pesos contra 25 pesos.
Desde las petroleras se sabe que rechazan elevar el corte. Las fuentes argumentan que el litro del biodiésel ($27) es más caro que el litro del gasoil ($32) y en eso entienden que el secretario tiene desconocimiento del tema dado que compara al biocombustible puesto en la planta agroindustrial contra el recurso fósil que llega a la estación de servicio que tiene los costos de logística más impuestos (ITC). Está claro que no quieren ceder mercado en desmedro de las naftas y, además, porque los números están a su favor.
Del otro lado están las automotrices que tienen su propia grieta, al menos en el caso del bioetanol, donde Energía también quiere subir el corte. Una parte, si se quiere, de aquellos que no hacen motores en el país "no tiene problema en importarlos" desde Brasil, donde el motor Flex es líder. Estos funcionan con alcohol o nafta o la mezcla de los dos en cualquier porcentaje. Pero los que lo rechazan, lo hacen por un tema de política industrial. Sostienen que al introducir otro tipo de motor se corre el riesgo de que se levanten las terminales locales.
La discusión llevó a que hace más de un año el Gobierno pidiera al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) dar su opinión al respecto, pero todo quedó en la nada. La interna se hizo eco en el organismo público.