Once: hasta las lencerías venden útiles escolares y les compiten a las librerías con precios imbatibles
Lencerías, blanquerías, armerías y bazares son algunos de los locales de Once que incursionaron en la venta de artículos para la escuela para poder facturar
Se acerca el inicio de las clases y los comercios de Once se reinventan para poder vender y entrar a ese nicho que les asegura facturación en el mes de febrero. Locales de lencería, perfumerías, negocios de caza y pesca, bazares y blanquerías le compiten a las librerías sin pudor y con precios imbatibles.
Un local de la calle Bartolomé Mitre a pasos de Pueyrredón mantiene sus carteles de luces de neón que dicen bikinis y lencería, pero lo que menos tienen es ropa interior. “Aprovechamos el cambio de temporada, para vender útiles escolares. Necesitamos pagar los gastos de alquileres y sueldos y lo necesario para empezar las clases es lo único que se vende en estos días”, señaló la encargada. En lugar de ropa interior ofrecen dos cuadernos universitarios a $3.500 y resmas A4 a $5.600.
En la avenida Corrientes una tradicional blanquería, mezcla todo. Vende dos almohadas por $17.000, juegos de sábanas de dos plazas y media a $7.000 o 2 juegos pór $13.000 y toallones por $5.000. Al lado ofrece una alta pila de cuadernos de tapa dura a $2.500, lápices en oferta a $1.000, biromes a $1.000.
En Paso 140, un mayorista de regalos que vende desde ojotas, carteras, billeteras, capelinas, vasos térmicos y esmaltes de uñas, decidió vender productos escolares este año. “Sumamos mochilas desde $6.000 y ya se agotaron. Ahora tenemos mochilas desde $8.000 y 10.000, con rueditas desde $22.000 a $30.000. Para acceder al precio por mayor sólo hay que comprar tres unidades. Mandamos a fabricar cartucheras de tela para venderlas a $1.500. Rebajamos al máximo los precios para poder vender. Este año tenemos mucha competencia en Once, está mejor la venta al interior”, señaló Jesús.
Hay un personaje llamado Kuromi, creado por una compañía japonesa, que es una especie de conejita amiga de Hello Kitty. En las calles de Once apuestan a que Kuromi atraerá a todas las niñas y venden los libros para pintar con pinturitas a $5.000. las cartucheras de la conejita a $9.000, la botella de agua entre $5.000 y $6.000.
Otra histórica blanquería si bien dejó en la vidriera sus sábanas, acolchados y manteles puso estantes en los pasillos de entrada y adentro del local para reinventarse como librería. “Las ventas de blanquería están flojas, cuando no hay plata la gente se ajusta y sólo compra lo necesario. Por eso decidimos apuntar fuerte al inicio de clases”, explicó el encargado del local.
La apuesta fuerte está en los cuadernos del personaje Capibara, una especie de carpincho, cuestan desde los $1.200 a los $3.000 con tapa dura. Las plásticolas en barra arrancan en los $700 de segunda marca y si son de la marca líder arrancan en los 1.200, las tijeras escolares $1.000. Entre sábanas y toallas, los 12 lápices de colores se ofrecen a $1.300; los estuches con sets de geometría, que incluyen desde dos reglas a un transportador cuestan $1.500.
Otra lencería cambió de rubro por el mes de febrero. Los negocios hacen toda clase de combos para tentar a los padres. Un local ofrece con la compra de útiles escolares por valor de $40.000 un repuestos de carpeta número 3 de 480 hojas de primera marca a $12.000, mientras si la compra es de $10.000 el repuesto costará $13.000. Si lo único que se compra es el repuesto escolar, el valor aumenta a $14.000. Los cuadernos de tapa dura de 42 hojas se pueden encontrar en oferta a 4 por $10.000.
Para ir de compras en Once a estos locales que le compiten a las librerías hay que ir con efectivo. No da igual pagar con transferencia, en algunos casos tiene un plus del 10%. En pocos lugares aceptan tarjeta de crédito, muchos le agregan un plus del 10% más, aunque no sea legal.
Hay algunos locales que mantienen un mínimo de compras que en algunos casos es de $10.000, en otros es de $5.000. Lo recomendable es caminar ya que la mayoría de los locales no pide un mínimo de compra. A diferencia de las librerías, estos negocios del Once que se reinventan sólo tienen pocos ítems, pero a precios casi imbatibles.