La bomba estalló hace doce días cuando un grupo de productoras de televisión internacionales acusaron a la Superliga, la empresa que se encarga de la organización del fútbol argentino, de direccionar la futura licitación de los derechos para transmitir los campeonatos locales en el exterior a favor de una empresa afín.

En paralelo, muchos de los dirigentes que están en contra de la gestión de la Superliga, como el flamante presidente de Boca Juniors, Jorge Amor Ameal, o el titular de Lanús, Nicolás Russo, también salieron a echar un manto de sospecha sobre el proceso licitatorio.

La semana pasada, la compañía liderada por Mariano Elizondo intentó aquietar las aguas posponiendo por dos semanas la fecha original de la apertura de sobre que, en principio, estaba estipulada para el 20 de enero pasado. No obstante, mantuvo las condiciones del pliego primitivo lo que acentuó el malhumor de los potenciales participantes, entre los que se encuentran Torneos, ESPN y Mediapro.

Por su parte, los quince clubes que están molestos con la Superliga por el reparto del dinero de la televisión tuvieron una nueva excusa para aumentar su malestar. Por esa razón, la empresa decidió llamar a una reunión de Comité Ejecutivo para el miércoles a las 13 horas en sus oficinas de Puerto Madero.

En el punto 2 del Orden del Día, Superliga asegura que le brindará a los clubes "un informe detallado sobre el procedimiento licitatorio, la confección del pliego, los plazos establecidos y las consideraciones tenidas en cuenta para la búsqueda de la mejor oferta para el fútbol argentino".

La Superliga también brindará consideraciones de los términos y condiciones del proceso licitatorio y "en particular de la posibilidad de extender (nuevamente) el plazo de la presentación de ofertas".