CRISIS INDUSTRIAL

Una pueblada no pudo contra la crisis: quebró la histórica láctea La Suipachense y dejó a 140 personas sin trabajo

Todo el pueblo de Suipacha salió a la calle para acompañar a los trabajadores en su reclamo por deudas salariales

gmoreno

Para el pueblo de Suipacha, al noroeste de la provincia de Buenos Aires, la marca La Suipachense es parte de su historia.

Sus casi 12.000 habitantes no tienen consuelo: la justicia dictó la quiebra de la empresa Conosur S.A., que sería una marca del grupo lácteo Maralac que desde 2012 conducía los destinos de la láctea. Un total de 140 familias dependían de la empresa láctea. 

Con 75 años de historia, todos vieron crecer a La Suipachense que llegó a procesar 250.000 litros diarios de leche. En su planta se fabricaban quesos, leche y dulce de leche. Todos crecieron mirando esa industria que le daba esperanza y trabajo al pueblo.

Hace bastante que atravesaba una crisis. Por eso, cuando la empresa despidió a 9 trabajadores hace unos meses y amenazó con desvincular a 60 más, se paró por completo la planta. El acompañamiento del pueblo fue increíble, se organizó una gran marcha desde la planta al centro de Suipacha y se convirtió casi en una pueblada en defensa de La Suipachense, pero no alcanzó. 

En concurso preventivo, sin poder cumplir un plan que permita salvar la empresa y luego de tres meses de estar parada, llegó la noticia que nadie quería conocer. La justicia en lo comercial de Mercedes decretó la quiebra de la empresa Conosur SA, controlada por el grupo venezolano Maralac que también estaba detrás de Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima (ARSA), la empresa que quebró hace unos días dejando sin futuro a 400 familias. Los empresarios venezolanos Manuel y Alfredo Fernández son quienes estarían presuntamente detrás de ambas quiebras.

 

 

Todo el pueblo de Suipacha salió a apoyar a los trabajadores en su reclamo
Todo el pueblo de Suipacha salió a apoyar a los trabajadores en su reclamo 

La quiebra de Conosur S.A. fue pedida por el abogado Julián Coronel, apoderado de la empresa Watt’s, una de sus acreedoras  y ligado al gremio de Atilra de trabajadores del sector lácteo. La empresa no había cumplido el acuerdo homologado, sólo había pagado la primera cuota y parte de la segunda. 

En este contexto el juez Leandro Julio Enriquez , del Juzgado Civil y Comercial N° 7 de Mercedes, decretó la quiebra. El empresario venezolano Jorge Luis Borges Leónperdió el control de la empresa y quedó inhibido de realizar movimientos con el capital y los bienes de La Suipachense. Incluso, debería pedir permiso a la justicia para poder viajar al exterior, indicaron las fuentes.

Hace bastante tiempo que los 140 trabajadores no cobraban sus sueldos y denunciaban que los dueños querían vacíar la empresa. Durante los últimos tres meses, los trabajadores armaron carpas en la puerta de la planta reclamando una respuesta sobre su futuro.

Adiós a La Suipachense, una marca con más de 75 años de historia 
Adiós a La Suipachense, una marca con más de 75 años de historia 

El fallo planteó: “La empresa cuya quiebra se solicita se encuentra con un cese en su producción desde hace aproximadamente 3 meses, circunstancia que no sólo se encuentra denunciada en el expediente sino que es pública y notoria, resultando de ello la delicada y grave situación de los trabajadores a cargo de la empresa, con la consiguiente nula generación de ingresos de la concursada, hecho que además complejiza al extremo el restablecimiento de su puesta en funciones denunciadas en el plan de acción”.

La Suipachense había acumulado una deuda postconcursal por cheques rechazados de 8.458 millones de pesos, que se sumaría a otros 1.000 millones de pesos por deuda devengada con posterioridad al concurso reclamada por el gremio y su obra social por aportes no realizados”.

Además se ordenó que “se libre oficio al BCRA para que tome nota del decreto de quiebra y lo comunique a todas las instituciones financieras y proveedores de servicios de pago del país”. Los acreedores tienen tiempo hasta el 10 de febrero para verificar sus créditos .

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