El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, rompió el silencio sobre la batalla campal que se vivió el pasado miércoles durante el partido entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana. El mandatario responsabilizó a la Conmebol por el operativo de seguridad y aseguró que el hecho “fue uno de los más aberrantes de los últimos años en el fútbol sudamericano”.

Kicillof explicó: “El operativo está dirigido por la Conmebol. El que suspende o no es el coordinador de la Conmebol. El que pide intervención de la policía que está fuera del estadio es la Conmebol”. También remarcó que no participó del diseño de la seguridad y que el protocolo “queda totalmente en manos del organismo internacional”.

Los disturbios, que involucraron a sectores de la hinchada de Independiente y a más de 2.600 chilenos, dejaron decenas de heridos y pusieron en jaque la responsabilidad de los distintos actores. Desde la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hasta los dirigentes de los clubes, todos intentaron despegarse de lo ocurrido en medio de un clima político atravesado por las próximas elecciones en la provincia de Buenos Aires.

El gobernador agregó que incluso mantuvo conversaciones con el presidente chileno Gabriel Boric y con el ministro del Interior de ese país. “Fue salvaje del lado de la hinchada de Chile y también de una parte de la hinchada de Independiente”, dijo Kicillof, subrayando la violencia de ambos sectores.

Respecto al rol del Aprevide, el mandatario señaló que el organismo “no estaba de acuerdo con la distribución de las tribunas” y que a los 30 minutos del primer tiempo “pidió suspender el partido” para evitar una represión policial dentro del estadio. La justicia ahora investiga los incidentes y dispuso la suspensión del uso del estadio para los próximos encuentros. “Nosotros estamos a disposición del juez”, aseguró el gobernador.