Alberto confió en reestructurar la deuda con el FMI pero advirtió que "la palabra ajuste está desterrada"
En la reunión en la que junto al ministro Martín Guzmán (Economía) informó a los gobernadores sobre los avances en las negociaciones por la deuda, el presidente aseguró que el acuerdo deberá contemplar "la recuperación del salario real" y negó la posibilidad de aumentos de tarifas desmedidos. Guzmán aseguró que el "sendero fiscal" es la diferencia "medular" que separa al Gobierno de un acuerdo con el FMI.
Sin la presencia del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y con representantes que asistieron en lugar de varios gobernadores, entre ellos los 3 de Juntos por el Cambio, el presidente Alberto Fernández y el ministro Martín Guzmán (Economía), se reunieron esta tarde con los mandatarios provinciales para brindarles detalles sobre las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ocasión en la que el mandatario destacó que para el país, el tema "es muy grave" y generará fuertes condicionamientos para el presente y el futuro.
En el marco del encuentro que tuvo lugar pasadas las 17.30 en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada, Fernández subrayó la gravedad del endeudamiento contraído en 2018 por el gobierno de Cambiemos tanto con los acreedores privados, como con el FMI y advirtió que esa situación generará "un fuerte condicionamiento", no sólo para la actualidad, sino también "en los años venideros".
El mandatario detalló que entre el 2015 y el 2019 la deuda con los acreedores externos se incrementó en "más de cien mil millones de dólares" y consideró que esa problemática hay que verla como una "secuencia" y no interpretar un eventual acuerdo con el organismo crediticio como un "punto definitivo o de llegada".
"Parte ya lo hicimos. El año pasado logramos reestructurar la deuda con acreedores privados, y ahora estamos discutiendo con el FMI, pero mientras tanto, también hicimos cosas por la deuda", dijo Fernández en referencia a la discusión por las sobretasas, al tiempo que reafirmó su convicción en que la Argentina va a "lograr una reestructuración" de la deuda con el FMI "conveniente" para el país, pero aseguró que ese sólo será apenas "un paso adelante" en conseguir "que la deuda pese lo menos posible" para la Nación.
En otro momento, advirtió que "ajustar la economía es dejar de crecer" y dijo que para el Gobierno "la palabra ajuste está desterrada en la discusión" que se lleva adelante con el organismo multilateral.
"La solución de la deuda es una política de Estado y, como tal, debemos asumirla. Nuestro planteo no es ver cómo el Gobierno de Alberto Fernández se saca el problema de encima, sino ver cómo Argentina encuentra los mejores caminos para alcanzar la mejor solución en un escenario muy complejo", planteó el mandatario.
Al respecto, definió que "no es posible una deuda sustentable que se funde en razones de ajuste. Para nosotros ajustar es achicar la economía, dejar de crecer y hacer más difícil las obligaciones que tenemos con los acreedores externos".
"Hemos logrado este año que el déficit primario sea menor, no como consecuencia de que dejamos de pagar jubilaciones o invertir en la educación, sino producto del crecimiento. Ese es el camino virtuoso que tenemos que seguir", subrayó el jefe de Estado, y planteó que, "si resolver el problema de la deuda es que las sociedades se posterguen y dejen de crecer, esa no es una buena solución. Esa es la lógica central de nuestro planteo y así seguiremos negociando".
Tras la introducción del presidentede, el ministro Guzmán destacó que "la diferencia medular" que separa al país de un acuerdo con el Fondo es el sendero fiscal que propone la Argentina para reducir el déficit de forma gradual, de manera virtuosa sobre un mayor crecimiento de la actividad económica.
"La diferencia entre lo que plantea el Fondo y el Gobierno argentino consiste en diferenciar un programa que con alta probabilidad sostendría la recuperación económica que la Argentina está viviendo; es esencialmente un programa de ajuste de gasto real versus un programa que le dé continuidad a esta recuperación fuerte a la economía", afirmó el funcionario.
"La principal tensión" que enfrenta la economía argentina para poder continuar en la senda de la recuperación es la deuda con el FMI, y afirmó que los compromisos para el país plantean una "situación absolutamente insostenible" al asegurar que el sector público y el privado en la Argentina deberán enfrentar vencimientos por US$ 28.000 millones en 2022 y US$30.000 millones en 2023, el doble del superávit comercial del país.
El ministro aseveró además que "es necesario poder refinanciar esas deudas, porque representan la capacidad de seguir adelante con una visión de programación económica sin condicionamientos" y detalló que “el sendero fiscal es el punto sobre el que hoy no hay acuerdo" con el organismo multilateral, al tiempo que agregó que el Gobierno apunta a "bajar el déficit pero poder al mismo tiempo jugar un rol contracíclico que apuntale la recuperación".
En otro tramo de su larga exposición, Guzmán informó que entre los puntos sobre los que si hay consenso, figuran que el país "plantea fortalecer al Banco Central con una reducción de la emisión monetaria junto a la reducción del déficit y una política de tasas de interés reales que respalde la demanda en pesos".
"Es importante que se logre bajar la inflación y que el retorno de los plazos fijos sean positivo para que haya menos incentivos a conductas en pos de la dolarización de los pesos”, aseguró.
Además, el titular de Hacienda detalló que "se tomó una deuda insostenible que sólo podía pagarse si había un shock de confianza y sabemos que nada de eso ocurrió. La situación económica empeoró de forma profunda", apuntó.
"Es muy importante que tengamos la capacidad soberana de llevar adelante las políticas económicas de la Nación" dijo y agregó que "es tan grande la magnitud del problema que va a llevar años resolverlo".
El ministro reconoció que en este momento el Gobierno "está negociando poder tener apoyo internacional al esquema de las políticas económicas que plantea el gobierno nacional" y aseguró que "cuando se alcance un acuerdo, el mismo deberá dar financiamiento para pagarle al propio FMI las deudas que se tomaron en el 2018 y 2019" y afirmó que las negociaciones "tienen distintas aristas".
Sobre el Fondo en sí, aseguró que en el organismo aún hay actores que “no entienden las fallas del programa anterior", lo que consideró como un dato no menor, y que explica "por qué todavía no hay acuerdo” y puso de relieve que "lo importante es que lo que se acuerde sea algo que tenga el apoyo del país" razón pòr la cual consideró tan "importante esta mesa” con los gobernadores.
Al referirse el contexto internacional, Guzmán dijo que no existe un buen acuerdo, sino uno que "en términos relativos, nos permita dar un paso adelante para seguir en la senda de la recuperación”, detalló.
Tras esas palabras, se dio paso a las preguntas de los gobernadores y ante una pregunta de Jorge Capitanich (Chaco), Fernández respondió que el Gobierno ha planteado "que todo programa económico en la Argentina pasa por la recuperación del salario real, por lo tanto los ingresos tienen que superar el ritmo inflacionario" lo que contribuirá "al mejoramiento del consumo interno".
Sobre las tarifas, dijo que no se va a firmar "ningún acuerdo que suponga un aumento tarifario desmedido o excesivo" y aseguró que no hay ninguna posibilidad de que "la Argentina tenga tarifazos en el año venidero, ni en los subsiguientes. Mientras nosotros sigamos gobrenando las tarifas tendrán que corregirse de un modo razonable" para lo cual habrá que tener en cuenta la capacidad de pago de la sociedad.
Participaron del encuentro de manera presencial, los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Raúl Jalil (Catamarca), Jorge Capitanich (Chaco), Ricardo Quintela (La Rioja); Gustavo Bordet (Entre Ríos), Omar Gutiérrez (Neuquén), Omar Perotti (Santa Fe), Gildo Insfrán (Formosa), Oscar Herrera Ahuad (Misiones) y Arabela Carreras (Río Negro).
En tanto que Alberto Rodríguez Saá (San Luis) participó por videoconferencia, mientras que el resto de los mandatarios del peronismo y los tres gobernadores radicales enviarán representantes y Rodríguez Larreta, fue el gran ausente y tampoco envió delegados.
El radical Gerardo Morales (Jujuy) envió a su vice, Carlos Haquim, al igual que su correligionario Gustavo Valdés (Corrientes), que mandó al vicegobernador Pedro Braillard Poccard, mientras que Rodolfo Suárez (Mendoza) designó al ministro de Economía de su provincia, Enrique Vaquié.
En representación de Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti envió a su vice Oscar González, mientras por Chubut, Salta, San Juan, Santa Cruz y Santiago del Estero, estuvieron presentes los vicegobernadores y ministros de Economía, en tanto que por Tucumán asistió el vicegobernador a cargo del Ejecutivo provincial, Osvaldo Jaldo.
También estuvieron presentes el jefe de Gabinete, Juan Manzur y el ministro Eduardo "Wado" de Pedro (Interior).