Política

Cristina retoma la centralidad política, mientras su entorno le sale a marcar la cancha a Kicillof

La expresidenta decidió salir a confrontra abiertamente al Gobierno de Javier Milei, pero en la interna del peronismo evita cuestionar al Gobernador bonaerense. Es la dirigencia que la rodea la que cumple esa misión. 

haranda

La expresidenta Cristina Kirchner volvió por estos días a ocupar la centralidad política en medio de la disputa interna del peronismo, la que tiene por un lado al Gobernador Axel Kicillof, quien sin posibilidades de ir por la reelección, decidió salir a jugar fuerte, anunciando su decisión de postular para las presidenciales de 2027, y por el otro, al titular del PJ bonaerense y líder de la agrupación La Cámpora, Máximo Kirchner, que no se resigna a perder el poder de decisión y la batuta que supo ostentar en otros momentos en la Provincia.

Kicillof, quien a diferencia de la derrota electoral sufrida a nivel nacional por Unión por la Patria el pasado año a manos de Javier Milei, ganó con comodidad la Provincia, ahora no está dispuesto a ceder el poder de la lapicera a la hora del armado de las listas, para lo cual optó por conformar una mesa política que le permita traccionar adhesiones en su camino rumbo a las presidenciales, movida resistida por Kirchner, que no está dispuesto a ceder el poder de decisión en un territorio que históricamente fue el bastión electoral del cristinismo.

Con ambos peso pesados parados en veredas opuestas buscando nuclear voluntades a su favor y frente a un escenario nacional carente de dirigentes con proyección, el peronismo comenzó a navegar sin un rumbo fijo en un contexto dominado por los brutales ajustes que viene aplicando sobre el conjunto de los trabajadores y jubilados el Gobierno de la Libertad Avanza. 

Un Axel dispuesto a dar la batalla por un recambio que aporte aires renovadores y más democráticos al espacio que integra, mandó a varios de los lugartenientes que integran su mesa chica a dar señales claras sobre sus intenciones.

Fue así como el intendente Jorge Ferraresi (Avellaneda) comenzó a armar mesas de la militancia a lo largo de la provincia, incluidos municipios gobernados por el camporismo, lo que como era de esperarse, causó malestar en ese sector.

Sin embargo, lo que terminó de desnudar la interna fue el anunció de Mario Secco, jefe comunal de Ensenada, quien en declaraciones radiales, advirtió que las listas para las elecciones del año próximo "las va a armar el gobernador Axel Kicillof y su mesa chica".

Días más tarde, el mandatario bonaerense reunió en la ciudad de Mar Chiquita a una nutrida cantidad de intendentes y dirigentes de la Quinta Sección, lo que configuró una clara demostración de musculatura política, a lo que Máximo respondió con otro acto en la ciudad de La Plata, donde apuntó contra Axel al afirmar que “hay dirigentes con altos cargos que creen que son víctimas".

Dispuesto a evidenciar su malestar con el Gobernador, el diputado nacional exclamó que “algunos compañeros se confunden y piensan que lo único importante son algunos lugares”.

Con este mar de fondo atravesando al peronismo, Cristina entendió que era necesario recuperar el bastón de mariscal -el que en su momento pusiera a disposición de la dirigencia-, para de esa manera reordenar el partido y así evitar una sangría interna que impacte de manera negativa sobre el electorado y les impida recuperar el favor de las mayorías.

En las últimas semanas, CFK comenzó a reunirse con diferentes actores sociales, léase dirigentes políticos, sindicales, de organizaciones sociales y de la juventud, para luego salir a confrontar con el presidente Milei, a quien le pidió: "Lárguelo a Friedman, largue la escuela austríaca, cace el manual argentino, y por favor siéntese a administrar el país".

Días después y tras la clase magistral que bajo el título: "Sigue siendo la economía bimonetaria, estúpido" brindara en la Universidad del Oeste ubicada en el partido de Merlo, la ex Jefa de Estado decidió apuntar sus cañones contra el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, al que sindicó como uno de los responsables de la toma de deuda que contrajo la Argentina y al que acusó de "misógino" y "mentiroso".

En tanto que hacía el interior del Partido Justicialista, la Jefa viene evitando confrontar abiertamente con Kicillof, su ex niño mimado, y son los dirigentes de su entorno quienes se ocupan de esa misión.

Así lo demostró Máximo en el Club Atenas de La Plata, y el senador nacional Eduardo "Wado" de Pedro, quien este martes y en el marco de una charla en la Universidad Austral, afirmó que cuando el actual Gobernador bonaerense era ministro de Economía de Cristina no hablaba con los empresarios. 

"Hasta 2015 no teníamos vínculo con el sector productivo, acá veo a (José) Urtubey, dirigente industrial", recordó el senador, quien concedió por entonces "también teníamos treinta y pico de años" y "no entendíamos que nuestro rol era ese".

En otro tramo, De Pedro afirmó que les "faltó esa visión productiva", y sin mencionarlo, luego disparó contra Kicillof, al sostener que "teníamos un ministro de Economía que no hablaba con los empresarios, nosotros estábamos en otras cosas, más en la defensa".

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