El anhelo del encuentro cara a cara
En épocas de pandemia, la tecnología aparece como la herramienta por excelencia para conectarse en casi todos los órdenes de la vida, incluso en el terreno educativo, aún cuando la brecha tecnológica persiste, al punto en que en algunos rincones del país solo es posible divulgar contenidos pedagógicos a través de la radio. Sin embargo, en paralelo, el encuentro cara a cara toma cada vez una mayor relevancia.
Daniel Brailovsky, pedagogo y profesor investigador de Flacso Argentina y del ISPEI Eccleston, sostiene que los "términos en los que suele hablarse elogiosamente de las tecnologías, por lo general se acompañan de afirmaciones grandilocuentes, que las pintan como la salvación o la puerta de entrada a una utopía futurista largamente esperada. Se dice entonces que vivimos en una época de cambios vertiginosos e inevitables, a los que los maestros y las escuelas debemos adaptarnos lo más pronto posible. Pero esta mirada ingenua es incapaz de reconocer algo tan evidente como que esos cambios 'vertiginosos e inevitables' son funcionales, sobre todo, a los planes comerciales de las empresas tecnológicas y que no se trata solamente ni principalmente de un cambio cultural. Los cambios culturales existen, tienen que ver con la tecnologización de la vida, pero son más lentos y más complejos. Y las escuelas no están para adaptarse a ellos, sino para estudiarlos y analizarlos críticamente".
"Resulta conmovedor ver cómo en esta coyuntura de virtualización forzosa, la principal conclusión a la que todos estamos llegando tiene poco que ver con ese futuro tecnológico al que se esperaba llegar, al que se consideraba 'el futuro deseado', el que se consideraba ineludible e inevitable, y en cambio se está poniendo en primer plano la necesidad de recuperar el encuentro humano, los gestos colectivos, la contención, el cuidado, el contacto, la palabra", agrega Brailovsky.