La paritaria de la Uocra fue homologada por el Gobierno, en un contexto de creciente tensión generada por el “techo paritario” que la Casa Rosada impone a las organizaciones gremiales en los últimos meses. Para llevar algo de alivio a los trabajadores de un sector clave, considerado como “la industria madre de las industrias",  el gremio que lidera Gerardo Martínez y las cámaras empresarias firmaron un acuerdo que abarca los meses de mayo y junio, con el siguiente esquema: para mayo se estableció un aumento del 1,2% sobre los básicos de marzo, que incluye un adicional del 1% acumulativo sobre ese mismo valor.

En cuanto a junio, se pactó un incremento del 1% acumulativo sobre los básicos vigentes a mayo de 2025. Además, se acordó el pago de una suma fija no remunerativa de entre $30.000 y $40.000 por mes, según la categoría de convenio. Estos montos se incrementarán de acuerdo con la zona geográfica y se abonarán en dos pagos quincenales. Antes del pacto paritario la Uocra se había declarado en “estado de alerta y movilización”.

El freno a la obra pública, junto con la pérdida de más de 80% de los puestos laborales desde diciembre de 2023, sobre un total de 180.000 empleos, según el Centro de Investigación y Formación (Cifra) de la CTA de los Trabajadores, atraviesa al sector y de lleno la negociación salarial, signada por la merma laboral y la caída sostenida en la actividad del sector. Un combo que reafirma la certeza de que “toda paritaria es política”.

En ese marco, el repaso por datos duros recientes e históricos revela que, si bien existen antecedentes de paralización de la obra pública en la historia argentina, la que decretó el gobierno de Javier Milei, por su magnitud y su sustento ideológico, resulta inédita.

Este martes, la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) llevó a cabo su Convención Anual 2025 en el predio de La Rural. Con ejes que surgen casi de memoria, el sector empresarial analizó que la actividad sigue inmersa en un panorama complejo. Según estadísticas del Indec, en marzo de 2025 la construcción registró una caída del 4,1% mensual, lo que marcó una nueva contracción respecto a febrero.

Si bien en la comparación interanual se observa una suba del 15,8% frente a marzo de 2024, ese crecimiento parte de una base muy baja, dado el contexto recesivo del año pasado.

Fuentes sindicales citaron además un informe del Grupo Construya, basado en una encuesta realizada entre el 31 de marzo y el 25 de abril a más de 500 profesionales del sector, que reveló que el 69% de los empresarios de la construcción sufrió una baja en su nivel de actividad respecto al año anterior. De ese porcentaje, más de la mitad afirmó que la caída superó el 20%.

Entre las principales causas señaladas, se destacaron el aumento de los costos, la caída de la demanda, la incertidumbre económica y política, y —sobre todo— el perfil “monetarista y financiero” que, según gremios y empleadores, define a la gestión de Milei.

Pese al escenario adverso, algunos empresarios mantienen expectativas de recuperación para los próximos 12 meses. No se trata de una cuestión de fe, sino de la proyección de que la mejora dependerá de una estabilización macroeconómica y de condiciones de crédito más favorables.