El trabajo de orfebre de Francos dio su fruto

En el bloque radical el oficialismo logró hasta apoyos puntuales del sector de Manes; la negociación con los gobernadores fue clave para los votos cordobeeses y los de los legisladores de Innovación Federal

Gabriela Vulcano

El presidente Javier Milei redobló sus esfuerzos en las negociaciones con los gobernadores y un sector de los diputados opositores y obtuvo la media sanción del proyecto de la Ley Ómnibus. Esta vez, a diferencia de hace dos meses, logró la aprobación en general y en particular, pero además impuso un paquete fiscal a su medida, que incluye un blanqueo con extraordinarios beneficios para evasores, la suba del mínimo no imponible de Bienes Personales y la reversión del impuesto a las Ganancias. 

El rol del radicalismo fue clave para que el oficialismo terminara el día con su primer triunfo parlamentario. El trabajo que llevó adelante el ministro del Interior, Guillermo Francos, con los referentes parlamentarios de la UCR tuvo los resultados que esperaban en la Casa Rosada. El diálogo permanente con el jefe de bloque radical, Rodrigo De Loredo, más las conversaciones con los gobernadores de ese partido, ayudaron a sumar algunos votos más de ese espacio, incluso de quienes habían integrado las listas negras de La Libertad Avanza en febrero pasado. 

El pacto entre el Ejecutivo nacional y el radicalismo se terminó de sellar con la inclusión de la reforma laboral al proyecto de la Ley Ómnibus, aún cuando el texto aprobado no fue exactamente el que les acercó el secretario parlamentario de la bancada de la UCR, Alejandro Cacace. Si bien quedaron afuera los artículos que incidían en el funcionamiento de los sindicatos, se avanzó con tres puntos que los radicales consideraban cruciales: el Fondo de Cese Laboral para reemplazar al actual sistema de indemnizaciones, la extensión del período de prueba de 3 a 6 meses y la eliminación de las multas para las empresas por trabajo no registrado

Los artículos referidos a ese tema fueron apoyados hasta por los radicales más díscolos, los que responden a Facundo Manes, como los jujeños Natalia Sarapura y Jorge Rizzotti, que cumplieron con el pedido de su gobernador, Carlos Sadir; y los que se identifican con Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti -quienes hasta hace poco estaban muy enfrentados al Gobierno por el desfinanciamiento a las universidades-, como Carla Carrizo y Gabriela Brouwer de Koning.

Los radicales que votaron en contra la reforma laboral fueron Manes, Pablo Juliano, Marcela Coli y Fernando Carbajal. También son los únicos de ese partido que rechazaron los capítulos sobre la declaración de emergencias y la delegación de facultades.

Ese mismo grupo se abstuvo en la votación en general, a diferencia del resto que apoyó la propuesta del Ejecutivo nacional. Manes y Juliano cambiaron el sentido de su voto en relación a febrero pasado, cuando se opusieron al proyecto. El argumento de ambos para explicar su postura actual es el mismo: se modificó el texto y muchos de los artículos que cuestionaban quedaron excluidos.   

Para esta sesión, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, no sólo contaba con el apoyo de los radicales para aprobar la iniciativa en el tratamiento en particular. También le habían dado su palabra los legisladores cordobeses, que responden al gobernador Martín Llaryora y forman parte de Hacemos Coalición Federal. Esta vez, no se diferenciaron del presidente de la bancada, Miguel Ángel Pichetto, ni del resto de sus compañeros Emilio Monzó, Florencio Randazzo y Nicolás Massot. 

Los integrantes del bloque de Innovación Federal, que encabeza Pamela Calletti, también modificaron su postura. La intervención de los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro) fue central para que el oficialismo consiguiera el acompañamiento de ese espacio durante el debate de este martes. 

"Las negociaciones con los gobernadores destrabaron todo. No sólo con los de Juntos por el Cambio, sino también con los de los partidos provinciales y peronistas", dijo a BAE Negocios uno de los funcionarios nacionales que estuvo en los palcos durante la votación.  

Francos se dedicó en las últimas semanas a fortalecer el vínculo con los mandatarios provinciales, pero no fue el único. Eduardo "Lule" Menem fue el otro que hizo de nexo con las provincias, atento a los pedidos de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, que siguió de cerca la votación desde uno de los balcones de la Cámara de Diputados.  

En el oficialismo esperan que en el Senado la respuesta opositora sea similar, donde los gobernadores tienen todavía más llegada a los legisladores. Allí, será crucial cómo resuelvan las diferencias entre la Casa Rosada y la vicepresidenta, Victoria Villarruel.    

 

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