El traje que marcó la cumbre en Washington en busca de la paz entre Ucrania y Rusia
Trump y Zelenski encabezaron en la Casa Blanca un encuentro con líderes europeos para explorar una salida al conflicto con Rusia. El atuendo del presidente ucraniano se convirtió en un gesto político
En la Casa Blanca, Donald Trump y Volodímir Zelenski se sentaron frente a frente con un propósito central: discutir un camino hacia la paz en la guerra que desangra a Ucrania desde hace más de tres años. La cita reunió a los principales aliados europeos, pero el detalle que dominó la primera impresión fue el atuendo del mandatario ucraniano: dejó de lado su indumentaria de combate para vestir traje y corbata, a pedido del anfitrión.
El cambio de atuendo buscó enviar un mensaje de disposición al diálogo y a la diplomacia. No fue un gesto inocente: en su anterior visita al Despacho Oval, un periodista estadounidense lo había interpelado por no vestir de manera formal, en un contexto ya enrarecido por las diferencias con Trump sobre la ayuda militar a Kiev. Aquella pregunta convirtió la ropa de Zelenski en símbolo de resistencia frente al protocolo de Washington y elevó la tensión de esa conferencia.
Esta vez, el presidente ucraniano eligió bajar el tono y acompañar el clima de negociación. Trump aprovechó la foto conjunta para declarar que existe una “posibilidad razonable” de alcanzar un acuerdo si se concreta una reunión trilateral con Vladimir Putin. “Creo que si todo sale bien hoy, tendremos una reunión trilateral, y creo que habrá una posibilidad razonable de poner fin a la guerra cuando lo hagamos”, afirmó a CNN.
Consultado sobre las condiciones exigidas por Moscú, Trump sostuvo: “La guerra terminará cuando termine. No puedo decírselo, pero la guerra terminará, y este caballero quiere que termine, y Vladimir Putin quiere que termine”. Zelenski, solemne, remarcó que Ucrania necesita una paz “justa y duradera”.
“Vamos a tener una paz duradera”, enfatizó Trump, y frente a la pregunta sobre el futuro del apoyo de Washington a Kiev, agregó: “Nunca puedo decir eso. Nunca es el final del camino. Están matando gente y queremos detenerlo”.
El traje de Zelenski, en ese marco, condensó tanto el peso del protocolo como la urgencia de una negociación que todavía no encuentra desenlace.