José Luis Cabezas: por qué lo mataron y qué pasó con los asesinos
Se cumplen 25 años del asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, un caso bisagra para el periodismo argentino que retrata una época de turbios vínculos políticos. Con su foto de Alfredo Yabrán "logró ponerle rostro al personaje más oscuro y poderoso de los años '90", lo definió el periodista Gabriel Michi
Se cumplen 25 años de un caso que marcó un antes y un después para el periodismo argentino: el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas por fotografiar "al personaje más oscuro y poderoso de los años 90'": Alfredo Yabrán. En un nuevo aniversario, el principal responsable está muerto y los condenados que aún están vivos fueron liberados.
Un año antes de su asesinato, Cabezas había logrado fotografiar a Yabrán, enigmático empresario propietario de la empresa OCA, durante la cobertura de verano que realizaba junto al periodista Gabriel Michi para la revista Noticias.
"Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía", era la frase que por entonces se le atribuía al dueño del emporio postal.
A 25 años del crimen, Michi no duda sobre el efecto que causó aquella captura de Cabezas. "Con su foto, José Luis logró ponerle rostro al personaje más oscuro y poderoso de los años '90. Con esa foto reveló muchos de los secretos que el poder no quería que salieran a la luz", señaló a Télam.
Y agrega: "Sin dudas, desde el punto de vista político, el crimen de Cabezas marcó un antes y un después. La reacción social que hubo fue el principio del final del menemismo, que protegió al autor intelectual del crimen, Yabrán, a quien no quiso soltarle la mano hasta último momento y trató de proteger de todas las maneras posibles".
El asesinato de José Luis CabezasCabezas fue asesinado el 25 de enero de 1997 luego de ser secuestrado en Pinamar por un grupo mixto de policías y civiles bajo las órdenes del jefe de seguridad de Yabrán, quien estaba molesto porque el reportero gráfico había tomado una foto suya el verano anterior, cuando aún no se conocían imágenes de él.
Yabrán, principal responsable, se suicidó más de un año después del crimen, otros nueve fueron condenados en un juicio y actualmente ninguno está en prisión.
El cuerpo baleado y esposado de Cabezas, que trabajaba para la revista Noticias y solía cubrir la temporada veraniega en la costa atlántica bonaerense, fue hallado en el interior de un auto quemado en una cava cercana a la localidad de General Madariaga.
De acuerdo a la investigación, el fotógrafo fue secuestrado horas antes a la salida de la fiesta de cumpleaños del empresario postal Oscar Andreani, en Pinamar, por una banda mixta encabezada por el policía de Mar de Ajó Gustavo Prellezo, quien había contratado como "mano de obra" a José Luis Auge, Horacio Braga, Sergio González y Héctor Retana.
Estos últimos se conocieron como "Los Horneros" ya que eran delincuentes de la zona de la localidad platense de Los Hornos.
Según la justicia, Prellezo recibió la orden de Gregorio Ríos, un exmiembro del Ejército que por entonces era el jefe de seguridad de Yabrán, el empresario vinculado al expresidente Carlos Menem que había sido denunciado como un "mafioso" con protección política y judicial por el exministro de Economía Domingo Cavallo.
A su vez, junto a Prellezo actuaron otros policías de la Costa: Sergio Cammaratta, de Valeria del Mar; y Aníbal Luna, de Pinamar; mientras que Alberto "La Liebre" Gómez, comisario de esa última localidad balnearia, liberó la zona.
La repercusión política del crimen
El crimen tuvo una inmediata repercusión política ya que el por entonces gobernador bonaerense Eduardo Duhalde creyó que le habían "tirado un muerto" en el marco de una interna con el menemismo y para frustrar una posible candidatura presidencial suya para 1999.
Duhalde, en representación del Partido Justicialista, buscaba suceder a Menem, quien ejercía su segundo mandato como presidente y buscaba un tercero. El entonces gobernador acusó al presidente de querer trabar su postulación a la presidencia, y la disputa entre ambos se profundizó con el avance de la investigación por el asesinato.
El caso también derivó en una profunda reforma de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, la fuerza de seguridad con más efectivos del país.
Sin embargo, la repercusión más resonante que tuvo el crimen fue la muerte de Yabrán, quien en mayo de 1998, pocos días después de que se ordenó su detención en la causa, se suicidó en un campo de Entre Ríos.
Durante la investigación también hubo detenidos que quedaron vinculados por pistas falsas y finalmente fueron liberados. De todos modos, la causa llegó a un primer juicio oral llevado a cabo en Dolores en 2000, cuando fueron condenados los policías Prellezo, Cammaratta y Luna; Ríos y los cuatro "Horneros", mientras que en 2002 se realizó un segundo debate en el que sentenciaron a "La Libre" Gómez.
Si bien no llegó a juicio, Yabrán fue considerado por la justicia como "autor mediato" del crimen. Prellezo fue condenado a prisión perpetua como "autor material" del crimen, en 2010 le otorgaron arresto domiciliario, en 2017 la libertad condicional y a fines de 2021 cumplió la totalidad de la pena.
Ríos recibió una pena de 27 años de cárcel como "autor inmediato" y en el último tramo de su sentencia estuvo con arresto domiciliario.
Los policías Cammaratta y Luna también fueron condenados a prisión perpetua: el primero de ellos murió en 2015 por problemas de salud, cuando cumplía con libertad condicional; y el segundo fue liberado en 2017.
Respecto de "Los Horneros", a los cuatro se los condenó a prisión perpetua, pero luego de ser beneficiados por el 2x1 comenzaron a salir de la cárcel, excepto Retana, quien murió de SIDA durante su encierro.
Auge salió en 2004, González en 2006 y Braga en 2007; pero los tres volvieron a la cárcel por no cumplir con los términos de su libertad condicional.
Por su parte, "La Libre" Gómez recibió la misma pena y en 2010 salió de la cárcel con arresto domiciliario.