El Frente de Todos logró un triunfo contundente contra Cambiemos en la provincia de Buenos Aires y dio punto final al intento de reelección de María Eugenia Vidal en el territorio más relevante y decisivo de cualquier elección. En efecto, con más del 91% de los votos escrutados, Axel Kicillof alcanzaba el 52,13% contra el 38,56% de la actual mandataria. El triunfador no dudó en resaltar que habrá una tónica diferente e inmediata a su antecesora para tratar de atender "las necesidades más urgentes que nos comunicó la gente en toda la campaña". Minutos antes, la gobernadora habló de una transición ordenada para convocar a tal labor al exministro de Economía kirchnerista, previa felicitación a él y su equipo por el triunfo.

Eduardo Bucca (Consenso Federal) llegaba al 5,11%; el Frente de Izquierda, que propuso a Christian Castillo, sumaba 2,80%; y Gustavo Álvarez (Frente Nos), el 1,38%.

Una de las claves de la amplia derrota del oficialismo en la Provincia fue el impacto de la aguda crisis económica en el conurbano. Allí, la pobreza se disparó al 39,8%, según los datos del Indec del primer semestre, lo que implicó que en sólo seis meses hubo 500.000 nuevos pobres. Así, ya hay casi 4,5 millones de personas que en los 24 partidos del Gran Buenos Aires no tienen los ingresos suficiente para satisfacer sus necesidades esenciales.

Un fuerte deterioro social que encuentra su explicación en los grandes problemas económicos nacionales: el derrumbe del poder adquisitivo, el proceso de desindustrialización y el salto en el precio de los alimentos luego de las sucesivas devaluaciones. Revertir esta dinámica será uno de los grandes desafíos de Kicillof.

Otro de los grandes problemas que recibirá será la deuda que, al igual que en Nación, se encamina hacia un proceso de reestructuración. Es que, después del megaendeudamiento encarado por la administración Cambiemos, la PBA afrontará vencimientos por más de US$10.000 millones en los próximos cuatro años (ver aparte).

Fueron clave el desempeño de la boleta del Frente de Todos en distritos en donde incluso los candidatos locales le dieron la espalda al peronismo, como en los casos de Lanús y La Plata. De ese modo, Kicillof confirmó su sorprendente desempeño en las PASO y expuso a Vidal como una de las figuras más resonantes de la derrota de Cambiemos.

En términos económicos, el gobernador electo dio muestras de un reencauzamiento de relaciones con las entidades del agro y con los industriales bonaerenses. Según los planes del Frente de Todos, el encadenamiento de la producción para potenciar la exportación será clave para la generación de recursos, en un marco en donde las arcas nacionales crujirán por la deuda y la falta de divisas.

En la sucesión de discursos del oficialismo y la oposición mientras se conocían los datos del escrutinio, Kicillof le respondió al presidente Mauricio Macri en cuanto a sus definiciones sobre los avances y logros desde 2015 a la fecha, para analizar que en realidad Cambiemos abusó del markentig y que su campaña electoral, la del Frente de Todos, se hizo "escuchando de verdad qué necesita y nos dice la gente. Tenemos prioridades distintas a las que se definieron estos últimos cuatro años" y enfatizó cuestiones como pobreza, educación pública, trabajo, actividad del campo. "Primero recuperar lo perdido y luego avanzar hacia el futuro", planteó Kicillof y destacó: "Hay que hacerlo con todos, no se puede hacer desde un Gobierno con persecuciones, con falsas noticias, trolls, operaciones".