Tras el faltazo al acto de asunción de Cristina Fernández de Kirchner al frente del Partido Justicialista (PJ) nacional, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, saludo su llegada con un escueto mensaje difundido a través de la red social X.

"Felicito a @CFKArgentina y a las nuevas autoridades ante este nuevo desafío de unidad y reconstrucción del 
@p_justicialista", señaló el mandatario bonaerense en el breve comunicado dado a conocer a través de las sociales. 

Si bien el bonaerense alegó una cuestión de agenda para pegar el faltazo y envió en su lugar a la vicegobernadora Verónica Magario, lo cierto es que el pasado lunes, al asistir a la cumbre del peronismo celebrada en el municipio de Moreno, mantuvo una postura fría y distante con Fernández de Kirchner, al punto de que no se dirigieron la palabra durante la actividad.

El enfriamiento en la relación de los dos pesos pesados de Unión por la Patria se produjo luego de que Axel decidiera avanzar con un proyecto político propio de cara a las presidenciales de 2027, hecho que no cayó bien en la expresidenta.

Sin embargo, la cereza del postre llegó cuando Kicillof, en el marco de la interna que Cristina mantuvo con el gobernador Ricardo Quintela (La Rioja) por el sillón de calle Matheu 130, no tomó partido a favor de su otrora mentora política y se refugió en un silencio stampa, lo que fue considerado por esta como una “traición”.

En tanto que en el acto de su asunción formal a la presidencia del partido, la ex Jefa de Estado le mandó un mensaje a Kicillof -aunque sin mencionarlo-, al sostener que “no tenemos que creernos que la historia empieza cuando uno llega o termina cuando uno se va”, indicó Cristina, quien agregó: “Lo digo por algunos compañeros de peronismo tardío”.

El posicionamiento adoptado por ambos dirigentes, le augura al Partido Justicialista una dura batalla a futuro a la hora del armado de las listas en la provincia, donde el Gobernador, quien no se muestra dispuesto a renunciar a sus aspiraciones, aspira a contar con nombres propios para afrontar los dos últimos años de su gestión.