La fallida sesión en Diputados dejó expuesta la fractura del bloque radical
Los diputados de la UCR que responden a Facundo Manes y los que se referencian en Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau bajaron al recinto. El jefe del bloque, Rodrigo De Loredo, junto a otro grupo, optaron por ausentarse.
En la UCR seguían deliberando hasta algunos minutos antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario para empezar a sesionar en Diputados para tratar el financiamiento educativo. Con los peronistas, la izquierda, un puñado de Hacemos Coalición Federal y casi la mitad del bloque radical, el tablero marcó 124 presentes, cinco menos de los necesarios para reunir el quórum. La sesión se cayó y de inmediato las miradas apuntaron contra los radicales que el día anterior habían celebrado y participado de la marcha en defensa de la universidad pública.
De los 34 integrantes de la bancada radical, sólo los 6 legisladores que responden a Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau habían resuelto sentarse en sus bancas para la sesión convocada por Unión por la Patria. "No queremos quedar pegados al kirchnerismo", repetían los radicales más reticentes a entrar al hemiciclo, para diferenciarse de sus correligionarios.
Facundo Manes y los siete diputados que se referncian en él dudaban sobre los pasos a seguir. Tampoco querían ir detrás de los requerimientos del peronismo. En la plaza, ya habían sentido que el kirchnerismo había querido "hacer un uso político" del acto, con la presencia de "Taty" Almeida, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; y de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz. A pesar de esos resquemores, uno de los discursos más destacados de la jornada fue el de la presidenta de la FUA, Piera Fernández Piccoli, militante de la Franja Morada.
El escenario terminó de definirse cuando Manes y Pablo Juliano -que habían estado en la movilización- recibieron el llamado de los rectores radicales. Algo efusivos, después de una marcha tan multitudinaria como heterogénea, les pidieron que bajaran al recinto. Ambos diputados obedecieron y sumaron a sus compañeros de grupo.
La discusión llegó a la reunión de bloque de la UCR, en la que su jefe, Rodrigo De Loredo, no logró acercar posiciones. Ni él ni su vice, Karina Banfi, estaban dispuestos a dar quórum. El sector de Yacobitti y el de Manes se mantuvieron firmes. Antes del medidía, los radicales díscolos se sentaron en sus bancas, a pesar de la negativa del legislador cordobés. También lo hizo Fabio Quetglas, que responde a Maximiliano Abad. Aún así, no alcanzó para reunir las voluntades suficientes.
Ni siquiera fue suficiente el apoyo de los cinco diputados de izquierda, los cordobeses Natalia De la Sota y Juan Brugge, los socialistas Mónica Fein y Esteban Paulón, y Mónica Frade y Maximiliano Ferraro -que llegó muy justo-, de la Coalición Cívica.
"Tuvimos una reunión de bloque y resolvimos que una comitiva, que bajó al recinto, expresará la posición del radicalismo", dijo De Loredo tras el fracaso de la sesión, para explicar porqué no habían estado sentados todos radicales. Sin embargo, tres diputados que participaron del encuentro desmintieron al presidente del bloque.
"No se resolvió lo que dijo De Loredo. Como se le partía el bloque salió con lo de la comitiva", apuntó un integrante de la bancada radical. Y agregó: "Queda claro cuando ves los diputados que bajaron, ninguno es de su grupo".
En la sesión, no sólo se iban a tratar iniciativas vinculadas al financiamiento de las universidades -entre las que había una de la radical Danya Tavela, que sí bajó al hemiciclo-, sino también el restablecimiento del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) y la fórmula de movilidad jubilatoria, temas de interés del radicalismo.
De Loredo es cada vez más consciente de que preside un bloque que no lidera. Su cercanía al gobierno de Javier Milei no hizo más que marcar las diferencias con el sector que busca distanciarse de los libertarios. Tampoco cayó bien que mientras le reclamaban al Ejecutivo nacional un mayor presupuesto para las universidades, el diputado cordobés, junto al secretario parlamentario del bloque, Alejandro Cacace, estaban negociando la reforma laboral con el oficialismo.
El acuerdo que De Loredo selló con la Casa Rosada sobre los cambios en las relaciones de trabajo duró poco. Por la tarde, los radicales tensaron de la cuerda y pidieron que se incluyera la eliminación de la cuotas solidarias, algo que no avala ni PRO ni Hacemos Coalición Federal. A tal punto llegó todo que amenazaron con no apoyar el proyecto de la Ley Ómnibus, si no se atendía su reclamo. El Gobierno los llamó para seguir conversando.