La Justicia revocó la prisión domiciliaria al ex comisario Etchecolatz
Está condenado por crímenes contra la humanidad cometidos durante la última dictadura militar
La Justicia resolvió hoy revocar la prisión domiciliaria al ex comisario de la policía bonaerense, Miguel Etchecolatz, en dos causas en las que está condenado por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, revelaron fuentes judiciales.
Las resoluciones fueron firmadas por los jueces Elena Highton de Nolasco, Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti siguiendo la línea jurisprudencial del caso precedente "Bergés": allí la Corte remarcó que la decisión relativa a la detención domiciliaria debe ser precedida ineludiblemente por informes del Cuerpo Médico Forense "porque su imparcialidad está garantizada por normas específicas" y que las conclusiones de estos informes deben poder ser controladas por las partes, indicó el CIJ.
Por su parte, el presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, votó en disidencia en ambas causas por considerar que los recursos de queja presentados por el Ministerio Público Fiscal son inadmisibles.
Miguel Etchecolatz, de 89 años, regresó el sábado 17 de marzo a la prisión de Ezeiza tras 79 días en su casa de Mar del Plata, luego de que la Cámara Federal de Casación Penal revocara el arresto domiciliario que le había concedido el Tribunal Oral Federal 6, el 27 de diciembre último.
Aquel día en que regresó a la cárcel los vecinos del Bosque Peralta Ramos que habían formado el colectivo "Vecinos sin genocidas" para exigir a la justicia que revocara la prisión domiciliaria se "despidieron" del represor con festejos, banderas y bocinazos.
Etchecolatz fue el primer condenado por crímenes contra la humanidad en Argentina una vez que fueron derogadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, en 2006, juicio que tuvo como testigo y querellante a Jorge Julio López, quien permanece desaparecido desde el 18 de septiembre de aquel año.
Ya en 1986, cuando pisó por primera vez la prisión, condenado a 23 años por delitos de tormentos en 95 hechos comprobados, aducía problemas de salud para evitar ir tras las rejas. Aunque fue con un indulto de Carlos Menem, en 1990, que salió en libertad, hasta que en 2006 volvió a ser juzgado por los delitos cometidos en el marco del genocidio ocurrido entre 1976 y 1983: secuestro, tortura, asesinato, desaparición de persona, robo de bebés y supresión de identidad, algunos de los cuales son imprescriptibles porque no dejan de ser vivenciados por la sociedad y otros que continúan cometiéndose aún hoy.