Luego de un año "muy duro", Macri evitó hacer pronósticos

Afirmó que no entiende "las críticas" a sus vacaciones y aseguró que su objetivo es bajar la inflación, generar empleo y reducir la pobreza pero no calificó su gestión durante el 2018

BAE Negocios

"Mi obsesión es lograr que la Argentina se ponga en marcha otra vez, que empecemos a crecer, que baje la inflación y volvamos a generar empleo y reducir la pobreza". Así definió el presidente Mauricio Macri sus deseos para el año que comienza. Sin embargo, en un 2019 que estará marcado por las elecciones presidenciales, prefirió no estimar y aseguró que "sin hacer pronósticos" espera que haya "un crecimiento en la economía".

Macri habló de este modo en declaraciones formuladas a radio LU5 de Neuquén, durante la que afirmó que no entiende "las críticas" a sus vacaciones en Villa La Angostura, Neuquén, y consideró que se necesita un lugar de "tranquilidad y reflexión para recuperar energías" antes de arrancar el año. Además, sostuvo que ser Presidente es el trabajo "más intenso" que tuvo en su vida.

Durante la charla, argumentó que "la pobreza sigue siendo una prioridad" y  destacó la importancia de la "transparencia" como un valor "fundamental" para gobernar

Pero evitó ponerle un número su gestión: "Después de lo que he vivido he decidido no dar calificaciones", afirmó el jefe de Estado para luego nombrar la causa en la que se investigan presuntas coimas en la obra pública durante los gobiernos anteriores.

En un clima electoral que ya comienza a calentarse, el mandatario subrayó que cree "profundamente en los argentinos de bien" y aseguró que "tenemos futuro si entendemos que acá cada uno es importante, protagonista, que no hay ningún presidente capaz de resolver todo por sí solo". Y ratificó: "Si los argentinos creen que este cambio vale la pena, estoy dispuesto a seguir acompañándolos".

Más tarde, Macri dio una entrevista para una radio de la localidad cordobesa de Villa Carlos Paz en la que siguió con la misma línea. "Si un país reduce la pobreza, la clase media también multiplica sus posibilidades de trabajo y desarrollo", aseveró y agregó ha decidido "trabajar día a día incansablemente para que un argentino más tenga otra oportunidad para salir adelante, poniendo la verdad sobre la mesa y el valor de la transparencia como algo fundamental".

También volvió a mencionar la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno al enfatizar que para poder resolver los problemas de los argentinos "nunca más nos tiene que pasar algo como los cuadernos y esas situaciones".

Y se refirió a la recesión económica:  "La crisis nos obligó a que todo el mundo se sentase a una mesa y aceptara, por primera vez en muchos años, tener un presupuesto equilibrado".

"Ahora hay que hacerlo rápido. Lo que duele es que lo lograron todos nuestros vecinos. Chile, Uruguay, Perú, Colombia entendieron que no se puede vivir gastando de más y pidiendo prestado", dijo.

El presidente definió entonces "dos cosas duras" por los que la Argentina "tuvo que pasar" el año pasado. Una, la sequía; la otra, la guerra comercial que se desató entre los Estados Unidos y China que derivó en una reducción de los créditos hacia los países con mercados emergentes.

Al respecto, indicó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) abrió una línea de crédito para la Argentina "inédita" para que "en dos o tres años" el Gobierno pueda "terminar el proceso de transformación profunda" en el país.

"Sin el Fondo hubiésemos estado mucho peor", enfatizó e insistió que en términos de transparencia se mejoró respecto a 2015, ya que en este período bajó "la impunidad" en el país.

"Todos tenemos que rendir cuentas, inclusive la familia del presidente", deslizó.
 

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