Milei juró ante una Asamblea Legislativa que siente extraña y tras el trámite le habló a sus seguidores
Cristina Kirchner le tomó juramento al presidente electo y Alberto Fernández le entregó la banda y el bastón presidencial. Participaron de la ceremonia los gobernadores, los jueces de la Corte Suprema y un puñado de mandatarios extranjeros.
En tan sólo 15 minutos y con un fuerte gesto de desdén hacia la llamada "casta", el presidente electo, Javier Milei, juró ante la Asamblea Legislativa y se retiró de inmediato a las escalinatas del Palacio del Congreso para brindar su discurso de asunción. Bajo esa modalidad, inauguró el primer día como mandatario, tomando distancia de los diputados y los senadores, a los que les deberá pedir apoyo para aprobar el paquete de leyes que enviará en los próximos días.
"¡Motosierra, motosierra!", soltó al unísono un grupo de jóvenes libertarios desde las bandejas. El diputado del PTS Christian Castillo les respondió: "¡Fachos!". "¡Se siente, se siente, Milei presidente!", replicaron algunos otros seguidores, a la espera de la llegada del presidente electo. "No al plan motosierra de Milei contra el pueblo", decían los carteles que tenían en el interbloque del Frente de Izquierda.
Para ese momento, todos los legisladores libertarios estaban sentados en sus bancas. De a poco, se fue poblando el recinto. Sólo algunos peronistas pegaron el faltazo. El último en llegar fue Máximo Kirchner, que prefirió quedarse cerca de la puerta.
Milei arribó a la explanada a las 11.46, junto a la vicepresidente electa, Victoria Villarruel; firmó el libro de actas con la frase “Viva la libertad carajo” y minutos después ingresó al hemiciclo, donde fue ovacionado y aplaudido, incluso por algunos integrantes del bloque de PRO.
La vicepresidenta saliente, Cristina Kirchner, fue la encargada de tomarle juramento a Milei y luego el presidente saliente, Alberto Fernández, le colocó la banda y entregó el bastón presidencial. Tras su jura, Villarruel dijo algunas palabras antes de dar por concluida la Asamblea Legislativa.
Para sorpresa de varios, Cristina Kirchner y Milei se mostraron muy jocosos en varios tramos, en el camino al recinto pero también en el estrado. Entre risas, él se detuvo a mostrarle que había hecho esculpir a sus cinco perros (Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas) en la empuñadura del bastón presidencial. Sorprendida, la dos veces presidenta se acercó para volver a ver el tallado.
Los palcos del último piso estaban poblados de militancia. Más abajo, se encontraban los padres del mandatario, Norberto y Alicia, junto a su novia Fátima Florez. En otro balcón, se acomodaron Eduardo Menem y Zulemita Menem, junto a otros miembros de la histórica familia riojana.
A diferencia de otras ceremonias de este tipo, no se vieron ni sindicalistas ni intendentes. Mucho menos a representantes de los derechos humanos. Ni siquiera el sector empresario tuvo una gran preponderancia. Uno de los pocos que estuvo fue Eduardo Elsztain, presidente de IRSA y dueño del Hotel Libertador, en donde hasta hoy vivió Milei.
En las sillas que estaban repartidas a los lados del estrado, se situaron Karina Milei, que oficiará como Primera Dama y además se espera que sea la secretaria general de la Presidencia; el resto de los integrantes del flamante Gabinete -en la primera fila estuvieron Guillermo Francos (ministro del Interior), Nicolás Posse (jefe de Gabinete), Diana Mondino (Canciller) y Sandra Pettovello (ministra de Capital Humano)-; los cuatro miembros de la Corte Suprema, Horacio Rosetti, Carlos Rosenkrantz, Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti; y los ex presidentes Eduardo Duhalde, Aldofo Rodríguez Saá y Mauricio Macri, que fue el último en llegar y el primero al que Milei saludó después de recibir la banda presidencial.
Los gobernadores también dieron el presente, entre ellos Rogelio Frigerio (Entre Ríos); Sergio Ziliotto (La Pampa), Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes), Leandro Zdero (Chaco), Axel Kicillof (Buenos Aires) y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Entre las delegaciones extranjeras, se encontraban el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou; de Chile, Gabriel Boric; y de Paraguay, Santiago Peña. Como estaba previsto, Luiz Inácio "Lula" da Silva no asistió. Por el contrario, el que sí tuvo un protagonismo singular fue el ex mandatario de Brasil Jair Bolsonaro, que se sentó junto a los ex presidentes argentinos. También participaron de la ceremonia el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski; y el Rey de España, Felipe VI.
También estuvieron el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk y uno de los referentes del judaísmo más cercanos a Milei, el rabino Tzvi Grunblatt, director de la fundación Jabad Lubavitch Argentina.
"¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!", gritaban los militantes libertarios, en uno de los momentos más bulliciosos de la ceremonia, que duró el tiempo estipulado. La asunción fue breve, tal como la había planificado el propio Milei. El discurso lo realizó afuera del Parlamento, de "espaldas a la casta", a los diputados y los senadores que lo esperaron sentados casi durante dos horas.
Entre los legisladores del peronismo y aquellos que conformaban Juntos por el Cambio cayó mal la decisión de Milei de no hablar ante la Asamblea Legislativa, sobre todo porque en pocos días deberán sentarse a discutir el paquete de leyes que buscan aplicar una serie de reformas del Estado, así como también a nivel económico.
Los primeros en retirarse de sus bancas fueron los legisladores de Unión por la Patria. El resto lo hizo de a poco, los últimos en irse fueron los libertarios, que escucharon las palabras del presidente electo desde sus despachos. Afuera, estaban los votantes de La Libertad Avanza, a quienes Milei les adelantó que "no hay otra alternativa que el ajuste".