El Gobierno dictó la conciliación obligatoria en el conflicto de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las cámaras del sector por mejoras salariales. Frenó así una medida de fuerza que iba a comenzar este miércoles por 24 horas.La secretaría de Trabajo, a diferencia de su tesitura en otros diferendos tal el caso de los maquinistas ferroviarios de La Fraternidad (LF), aplicó el freno legal a la huelga.

Sin perjuicio de esa alternativa el gremio metalúrgico se sumó a las organizaciones que desarrollan conflictos paritarios, ya sea en la negociación como LF o para que sus acuerdos sean homologados como Camioneros. En este caso la disputa metalúrgica con las patronales tiene capítulos de años anteriores, con férrea oposición de las cámaras empresarias en la mesa colectiva y el aval de la Unión Industrial Argentina (UIA).

Para las diferencias recientes la UOM y las patronales de la actividad deliberaron el lunes, una vez sin arribar a acuerdo. “Nuestra paciencia tiene un límite”, resumieron desde esa organización sindical bajo la premisa “primero la dignidad”.

Las medidas de fuerza metalúrgicas tuvieron ya lugar incluso bajo el gobierno de Alberto Fernández, para esta ocasión la estrategia de reclamo iba a ser escalonada, comenzaba con la huelga por 24 horas, seguida por otra de 48 horas el 13 y el 14 del corriente hasta llegar a 72 horas desde el miércoles 19 al viernes 21.

La organización gremial que lidera Abel Furlán reclamó un incremento en sintonía con el último IPC de enero. Vale acotar que lo hizo como “medicina momentánea” contra el incremento sostenido de precios. Esa forma de pago, a mes vencido, funcionó en el último cuatrimestre 2023 y al decir de los sindicalistas “fue efectiva para frenar la conflictividad”.

Los empresarios por su parte se negaron a otorgar la mejora a cuenta en las audiencias paritarias, dictada la conciliación obligatoria las partes deben seguir negociando.

La mesa inclinada en contra

Sobre la tesitura patronal, según lo estima la UOM, la misma tiene lugar “con el escenario y viento a favor que les habilita el Gobierno”. No dudan que la licuación de salarios y el ajuste dispuesto desde diciembre por la administración de Javier Milei, además de la caída de la producción y el parate en plantas del sector gravita y configura un presente preocupante.

“Nuestros compañeros y compañeras ya sufrieron el impacto concreto, porque los haberes de febrero se abonaron sin incremento”, destacaron. Como prueba fehaciente de su lectura expresan que la primera quincena refleja sus dichos.

Esta situación sectorial también hace al intercambio de pareceres que se desarrolla en la CGT, que ya debate el segundo paro contra el gobierno. Y entre los diferentes conflictos, se encuentran la no homologación del acuerdo de los camioneros, como la falta de validación al convenio que en forma provisoria firmaron algunos sindicatos ferroviarios y rechazaron los maquinistas de la LF, amén de la puja que hace al gremio de los trabajadores del neumático, todas organizaciones con apreciable poder de fuego a la hora de llevar al terreno de las medidas de fuerza sus reclamos.

La UOM apuntó una vez más a las cámaras Adimra, Afarte, AFAC, Fedejpgar, Camima y Caiama, en la rama 17 de la metalmecánica, en simultáneo a otro frente, la Cámara Argentina del Acero integrada por el Grupo Techint, en la rama 21 de los siderúrgicos.

El sindicato reclamó el 35% a partir de febrero y la incorporación de una cláusula gatillo para activar mes a mes en base a los datos del Indec. La contraoferta fue el 15% "a cuenta de futuros acuerdos", lo que fue rechazado.