La misa por la Paz y la Fraternidad celebrada en la jornada de ayer en la Basílica de Luján dejó como saldo la imagen de un Frente de Todos (FdT) unido en torno a la figura de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tras el intento de magnicidio en su contra, a la oposición de Juntos por el Cambio (JxC) pegando el faltazo a dicho encuentro y al oficialismo apuntando contra esta por el desplante, pese a lo cual, afirman que seguirán insistiendo en la convocatoria al diálogo.

A la celebración religiosa, que tuvo lugar durante el mediodía de ayer en Luján, asistió la plana mayor del Gobierno nacional, encabezada por el Presidente Alberto Fernández, así como al Gobernador bonaerense Axel Kicillof y a su gabinete, a legisladores nacionales y provinciales, intendentes y a los principales referentes de los movimientos sociales.

Sin embargo, y salvo por la presencia de los intendentes de origen radical, Franco Flexas (General Viamonte) y Martín Randazzo (General La Madrid), la dirigencia enrolada en Juntos por el Cambio, la principal fuerza de la oposición, decidió no asistir a la cita, desoyendo de esa manera la convocatoria realizada por el oficialismo.

Ante ese escenario que muy lejos está de garantizar la concordia política de cara al futuro, hoy el ministro, Juan Zabaleta (Desarrollo Social), afirmó que ayer se "perdió nuevamente una oportunidad" de ver unida a toda la dirigencia política, al tiempo que instó a "terminar con la violencia" y volver al debate.

El funcionario nacional dijo que le hubiera gustado que esté en el encuentro "toda la clase política, oficialismo y oposición, todos los credos, todos los empresarios, pensando la Argentina que viene en armonía y paz social", y le agradeció "a los intendentes radicales" que estuvieron presentes, lo que dijo "valoramos y es muy importante".

Zabaleta consideró, además, que sigue en pie "el desafío de recuperar el consenso posdictadura que puso en esa democracia incipiente, a toda la dirigencia política, a decir: 'Nunca más'", al tiempo que indicó que "hay dos veredas, porque hay dos modelos de país completamente distintos", lo cual "no tiene que llevarnos a que pensar distinto sea la lógica del enemigo, al que ahora se quiera matar".

En esa misma sintonía y ante el faltazo opositor a la misa, la senadora bonaerense, María Teresa García, dijo que la dirigente de ese espacio "se equivoca", al tiempo que indicó que desde el Frente de Todos, van a seguir convocando "a instancias políticas, porque lo que paso tiene que ver con la institucionalidad de la Nación".  

Por su parte, el ministro bonaerense, Andrés "Cuervo" Larroque (Desarrollo de la Comunidad), no dudó en afirmar que "la propia tensión" dentro de la oposición de Juntos por el Cambio genera un posicionamiento de sus dirigentes "en público" y otro "en privado", e instó al radicalismo "a jugar un papel protagónico importante".

"Que alguien esté de acuerdo con una iniciativa y que después tenga que plantear en público otra cosa, para no perder posiciones dentro del espacio, es algo grave y nos tiene que llamar a la reflexión", expresó Larroque sobre la escasa presencia de dirigentes de la oposición en la misa realizada ayer en contra de la violencia política.

En diálogo con Futurock, el dirigente afirmó que el Frente de Todos (FdT) recibió "mensajes de coincidencia en privado" en favor de la convocatoria, realizada a partir del intento de magnicidio contra Cristina, pero consideró que "el problema" gira en torno al "posicionamiento de los dirigentes dentro de su propio espacio".

Y si bien reconoció que "hubiera sido mejor una presencia más nutrida" de la oposición, también afirmó que "tampoco invalida seguir intentando generar ámbitos de encuentro".