MOTOSIERRA

Tomada alertó sobre la estrategia libertaria contra el mundo laboral

El ex ministro de Trabajo cuestionó el DNU 342 que desregula las elecciones sindicales y advirtió que la estrategia de Javier Milei busca tratar a los gremios como simples asociaciones civiles

BAE Negocios

El ex ministro de Trabajo Carlos Tomada analizó las medidas del actual gobierno libertario sobre el mundo laboral y advirtió que “todo va en la misma dirección: liquidar el Ministerio de Trabajo”. Consideró que el desmantelamiento de áreas clave y la reducción de personal técnico con experiencia es “muy grave” y descartó que la desregulación de las elecciones sindicales fomente democracia.

A su juicio, el DNU 342 —que quitó a la Secretaría de Trabajo la injerencia en los procesos electorales sindicales— es parte de una estrategia de debilitamiento de los gremios y de vaciamiento de la institucionalidad laboral.

Según Tomada, “no es cierto que el Estado se retire en la era Milei”. Por el contrario, en diálogo con el portal Infogremiales, sostuvo que el Gobierno utiliza al Estado para “desfinanciar y debilitar a los sindicatos”, trasladando competencias de la cartera laboral hacia Economía, Desarrollo Social, ANSES o la Inspección General de Justicia. En este esquema, opinó, los gremios tienden a ser tratados “como si fueran simples asociaciones civiles o sociedades comerciales”, lo que implica un golpe directo a la dimensión laboral.

El ex ministro señaló que nunca durante su gestión, ni en los reclamos de la CGT, estuvo presente la idea de avanzar en una norma como la del DNU 342. Sí se evaluaron, recordó, mejoras en los procesos electorales sindicales, pero no un retiro del Estado en la fiscalización. También rechazó la visión de quienes consideran que la medida favorece a las oposiciones gremiales, porque “el acceso a la Justicia no es tan fácil” y los oficialismos suelen tener más capacidad para desplegar maquinaria judicial. En ese sentido, defendió la instancia administrativa como un canal más accesible para resolver controversias, advirtiendo además sobre el riesgo de una creciente judicialización de la vida sindical.

Respecto a la CGT, Tomada interpretó que su silencio frente al DNU responde a la lógica de subsistir en el vínculo con los oficialismos, aunque advirtió que está por verse si los cambios beneficiarán a oposiciones o a conducciones en ejercicio. Recordó que la central sindical concentró su rechazo en el DNU 340, que ampliaba al extremo las actividades esenciales y limitaba el derecho de huelga, una medida que fue frenada por la Justicia y cuestionada en el Congreso.

“Que se vayan ellos”

El ex funcionario amplió su análisis y sostuvo que el actual gobierno apunta a “que no haya sindicalismo”. Afirmó que la combinación de discursos contra los gremios y contra el Estado busca instalar la idea de que “los sindicatos son una porquería y el Estado es otra porquería”, lo que abre el camino para que los empresarios actúen sin restricciones, con un Estado dispuesto a permitirlo.

También respondió a los argumentos que responsabilizan a la legislación laboral de impedir la creación de empleo privado. Señaló que durante su gestión el empleo privado casi se duplicó, con un crecimiento cercano al 91%, incluso en un contexto en el que regía la doble indemnización. Atribuyó ese desempeño al modelo económico, que dinamizaba la economía en lugar de achicarla.

En contraste, subrayó que tanto en el macrismo como en la actualidad se repiten problemas de informalidad y pérdida de puestos de trabajo, con cifras de despidos que no se veían desde 2016. Reconoció que los desafíos del mundo laboral son de larga data, pero insistió en que antes de la llegada de Mauricio Macri el empleo estaba más estabilizado y que el estancamiento reciente “no tiene que ver con la legislación laboral”.

Para Tomada, la estrategia oficial se basa en un discurso que culpa a la normativa laboral de la falta de empleo, aunque la evidencia histórica muestre lo contrario. En su lectura, el actual deterioro reproduce el estancamiento de la etapa macrista y configura un escenario de políticas contradictorias que persiguen derechos laborales.

“Estamos igual que en la época del macrismo, con informalidad creciente, desempleo y cierres de empresas”, aseguró. No obstante, destacó que durante la presidencia de Alberto Fernández, pese a no generarse empleo privado, factores como la pandemia y la sequía explican la falta de dinamismo sin que se produjera un retroceso brusco.

El ex ministro cerró alertando el trasfondo de la coyuntura: “Este gobierno quiere debilitar a los sindicatos y liquidar el Ministerio de Trabajo. Con ese combo, los empresarios tienen vía libre para hacer lo que quieran”.

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