La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y Ademys se encuentran de paro y marcharán hacia la jefatura del Gobierno porteño en Parque Patricios. La medida de fuerza sucede mientras 17 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires están tomadas por sus estudiantes, en reclamo de viandas de calidad nutricional, mejor infraestructura edilicia y en contra de las prácticas laborales en empresas durante una semana.

La convocatoria tendrá base en el colegio Mariano Acosta a las 16, bajo los reclamos "Jornada laboral de lunes a viernes", "Maltrato y ajuste", "Urgente convocatoria a la mesa salarial" y "Hostigamiento y persecución" hacia el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y la ministra de Educación, Soledad Acuña.

Según UTE, "Docentes, alumnos y familias marcharemos por la calle Urquiza y no cortaremos calles". Por otro lado, la secretaria de Acción Gremial de Ademys, Amanda Martín, señaló que "el paro es una continuidad del que se hizo hace 15 días contra la modificación y extensión arbitraria de la jornada laboral y reclamos salariales" y agregó: "En el marco de que hay reclamos también estudiantiles se realizará una marcha educativa amplia".

 

El presidente del centro de estudiantes del Nicolas Avellaneda, Marcos Lainez, mencionó que cuando empezó la toma, "el centro no tenía ni un peso y apenas algo de mercadería", a la vez que añadió: "Es un panorama imposible para alimentar a los más de los cien pibes que promediaron la toma -hasta el sábado a la mañana- con lo cual pedimos donaciones en forma de mercadería y de plata, y tanto las familias de los estudiantes como la comunidad educativa, fueron aportando".

En este contexto, Lainez aseguró que "No se rompió nada, la escuela quedó más limpia que como la agarramos, no hubo conflictos entre pibes, se almorzó y se cenó todos los días y quedó mucha reserva en el centro de comida y guita. Así que estamos mejor que antes".

Un supuesto "administrador de tomas", Germán Castelli, indicó que las tomas fueron "una experiencia positiva para estos jóvenes estudiantes que hicieron su primera toma. Hay que pensar que es una generación que militó por Zoom durante la pandemia y nunca habían afrontado algo parecido. Hicieron un ruido grande, a tono con sus reclamos" y agregó que "ahora habrá que esperar un gesto, una señal del gobierno de la Ciudad".

Castelli indicó que las protestas en las escuelas "se están descomprimiendo" y, al día de hoy, son cinoc las que siguen las medidas de fuerza. La lista la conforman la Escuela Técnica Fernando Fader, las Artísticas Manuel Belgrano y Rogelio Yrutia, la Media Rodolfo Walsh y el Lenguitas.

Larreta rechazó el diálogo

La semana pasada, Larreta realizó una conferencia de prensa en la que ratificó su postura intransigente ante la ocupación de instituciones educativas como forma de reclamo: "No vamos a dialogar con los que anulan el diálogo. Con las escuelas que volvieron a su actividad habitual retomamos el diálogo, el diálogo que siempre tuvimos", afirmó en línea con lo que expuso el día anterior su jefe de Gabinete, Felipe Miguel.

"Con los que mantengan las tomas vamos a ser inflexibles. No hay diálogo ante la extorsión. No vamos a permitir que pequeños grupos marquen el ritmo de la educación en la Ciudad", destacó.

Asimismo, Larreta insistió en que "los padres que alientan, apoyan a los chicos en estas medidas violentas van a tener que hacerse cargo del daño que sus hijos están provocando". En esa línea, la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, comunicó que comenzarán a realizar "denuncias penales y las demandas civiles a los adultos responsables de los estudiantes que participan".

Además, el jefe de Gobierno porteño anticipó que "los días de clase que se pierdan van a ser recuperados". "Los problemas hay que encararlos, reconocerlos y se solucionan trabajando, dialogando, nunca desde el autoritarismo y la violencia", planteó

La semana pasada, alumnos de distintas escuelas denunciaron persecución política y hostigamiento, quienes calificaron como "un accionar terrorífico" los discursos que los configuran como "los violentos" y la intimidación mediante el accionar policial, lo que se enmarca en un contexto de escalada de "la persecución política en general".