En un entorno laboral donde la exigencia y la productividad a menudo priman sobre el bienestar personal, resulta crucial adoptar prácticas que permitan a los trabajadores frenar el estrés y evitar el agotamiento. Especialistas en salud mental revelaron una técnica sencilla y eficaz que puede ayudar a los empleados a recuperar su equilibrio.

Duygu Biricik Gülseren, profesor asistente en la Escuela de Gestión de Recursos Humanos de la Universidad de York, destaca que la calidad de los descansos laborales es fundamental para mantener el bienestar. Este especialista formó parte de un equipo que en 2022 llevó a cabo una revisión sistemática sobre el impacto de las pausas en el rendimiento y la salud en el trabajo. De acuerdo con Gülseren, "no todos los descansos laborales son iguales", subrayando que la eficacia de una pausa depende tanto de la duración como de la experiencia vivida durante ese tiempo.

Los expertos en salud laboral coinciden en que la frecuencia de los descansos es más importante que su duración. Tomar breves pausas de 10 a 15 minutos cada hora o cada hora y media resulta ser más efectivo que realizar una única pausa prolongada en el transcurso de la jornada laboral. Estas pausas deben consistir en actividades que permitan a los trabajadores desconectarse mentalmente de sus responsabilidades. Desde meditación, estiramientos, lectura y otros momentos de relajación, hasta actividades que recarguen energías, como ejercicios físicos o charlas con compañeros, son algunas de las acciones recomendadas.

Uno de los principales consejos proporcionados por los especialistas es evitar el uso de pantallas durante los descansos. Se advierte que las redes sociales, aunque pueden proporcionar un impulso rápido de dopamina, a menudo terminan siendo emocionalmente agotadoras. Gülseren, en su investigación, ha constatado que el uso de plataformas digitales durante las pausas podría abrumar a los empleados y contribuir a una sensación de agotamiento.

La actividad física durante los momentos de descanso es también fundamental. Según Leigh Vanderloo, director científico de ParticipAction, incluso realizar pequeñas actividades como flexiones contra la pared o sentadillas puede tener un impacto significativo. Integrar el movimiento a lo largo de la jornada laboral, tal como caminar para hacer consultas a compañeros en lugar de enviar un correo electrónico, no requiere infraestructura sofisticada y puede ser muy beneficioso.

Kathleen Martin Ginis, profesora en el Departamento de Medicina y en la Facultad de Ciencias de la Salud y el Ejercicio de la UBC, resalta los múltiples beneficios de las pausas activas. “Levantarse y romper con el tiempo sedentario reduce el riesgo de depresión y ansiedad”, comenta la especialista. La actividad física regular no solo mejora la salud mental, sino que también disminuye el riesgo de enfermedades crónicas y contribuye al bienestar general de los trabajadores.

Además, Vanderloo subraya que los lugares de trabajo cuentan con una oportunidad única para fomentar la actividad física entre los colegas. Compartir momentos de ejercicio puede aumentar el sentido de responsabilidad y fortalecer las relaciones interpersonales. Implementar estas prácticas en el ámbito laboral puede no solo mejorar la salud de los trabajadores, sino también potenciar la cultura organizacional hacia un entorno más saludable y productivo.