Mucho antes de ser León XIV, el nuevo Papa ya tenía línea directa con Jorge Bergoglio. Lo sabía, lo valoraba, y cuando hubo que tomar una decisión con Robert Prevost entre 2015 y 2023 incómoda, lo llamó para consultarle personalmente si podía llevarse o no a un sacerdote a Roma.

Lo contó Jorge Millán Cotrina, párroco peruano de Chiclayo, que convivió, cuando éste era obispo de esa diócesis. "Se conocieron en Buenos Aires, cuando él era superior agustino y visitaba la UCA. Ahí empezaron a cruzarse. Ya había confianza", relató Millán en diálogo con Las Dos Orillas, por Radio Colonia.

Francisco y León XIV: aliados sin redes ni alardes

Prevost y Francisco comparten estilo eclesial: bajo perfil, atención concreta a los pobres y una mirada pastoral que incomoda a más de un conservador. Millán lo dejó claro: "Nunca se enfrentó con los movimientos LGBT, pero tampoco los rechazó. Fue fiel a la Iglesia y cercano a Bergoglio".

El papa que lavaba platos y manejaba 700 kilómetros

Además del vínculo con Francisco, lo que más destacó el sacerdote en su testimonio fue la vida cotidiana de Prevost antes del Vaticano. "Cocinaba, lavaba los platos, salía a atender emergencias en zonas pobres", contó Millán. Durante la pandemia, llegó a manejar 700 kilómetros solo, sin chofer ni comitiva, para evitar contagios. "Era un amigo. Cercano. Un hombre de Iglesia", resumió.

El nuevo Papa se naturalizó peruano durante su misión pastoral. "Los peruanos lo sentimos como nuestro. Está en todos los medios, en todos los grupos de WhatsApp", dijo el cura.

Una despedida sin respuesta... por ahora

Antes del cónclave, Millán se despidió por mensaje: "Rezo por usted. Capaz es la última vez que hablamos". Acertó. Por ahora no hubo respuesta, pero León XIV tiene agenda cargada. Y un viejo amigo rezando desde Chiclayo.

Él no viajará a Roma, aunque otro sacerdote chiclayano fue elegido como secretario papal. "Seguimos en la viña del Señor", bromeó Millán, que cerró su testimonio con una bendición en vivo.