En noviembre se celebró el Día Mundial del Enoturismo, una actividad que conquista a un público numeroso y motoriza emprendimientos. En Uruguay, tuvo un fuerte impulso en los últimos años y está aún en expansión. Todo un despertar. La cercanía de Colonia posiciona a la ciudad como un destino encantador y diferente para realizar un viaje que tenga como protagonista al vino.

El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI) de ese país presentó recientemente los resultados de la encuesta sobre impacto económico del enoturismo en Uruguay que revela que el segmento viene creciendo a un ritmo constante en los últimos años. "La mejora del sector se evidencia en la cantidad de bodegas que conforman el circuito, en la ampliación de días y horarios de servicio y en la mejora en la calidad, factores que repercuten positivamente en la economía de las bodegas", señala el reporte. Durante 2022, el sector recibió ingresos por más de U$S 11 millones de manera directa, de los cuales el 59% corresponde a Montevideo y Canelones, el 25% a Maldonado, el 11% a Colonia y el 5% al resto del país. La oferta de enoturismo en Uruguay está compuesta por 49 establecimientos.

El Tannat es la cepa insignia de Uruguay. Es el principal productor del mundo de esa uva. Pero definitivamente hay mucho más por probar. La industria vitivinícola del país vecino alcanzó un volumen total de exportaciones en 2022 de 4,7 millones de litros que generaron US$18,5 millones.

A poco más de una hora

Desde Buenos Aires, nada mejor para empezar a zambullirse en las virtudes de los vinos de Uruguay que cruzar el "charco" hasta Colonia. Una visita que combina lo mejor de la romántica arquitectura antigua con establecimientos que saben cómo recibir a los turistas para contarles acerca de sus uvas y darles a probar sus vinos, indica Civitatis. Al desembarcar en Colonia del Sacramento, un minibús se ocupa de trasladar a los turistas a la Finca Del Sacramento, un emprendimiento relativamente nuevo ubicado a tres kilómetros del centro histórico de la localidad.  Allí, además de un paseo idílico por el predio de diez hectáreas caminando junto a las vides y los olivos, se podrán probar cinco variedades de una de las bodegas más antiguas de Uruguay . 

"El enoturismo uruguayo se comenzó a trabajar mucho más intensamente hará unos diez años atrás. Se empezó a multiplicar en diferentes propuestas. Hoy en día es una movida muy importante para Colonia porque, si bien no hay una gran cantidad de bodegas, hay mucho público. En el departamento de Colonia son unas 12 bodegas en total. Siete están ubicadas en Carmelo y cinco o seis más acá, desde Colonia a Cerros de San Juan", explica la sommelier Johana Vázquez. 

Durante la cata -que dura cerca de una hora- se degustaron variedades como Albariño, Cabernet Franc y Blend de Blancs. Después llega el almuerzo, que consiste en cinco pasos acompañados por distintas cepas. El 90% del menú es con productos de elaboración y origen local. Tras la comida, se realiza el recorrido por los cultivos.