El calor extremo: ¿una amenaza para la fertilidad masculina?
Un estudio del CONICET vincula el aumento de las olas de calor con la baja calidad seminal
Un estudio del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET) reveló que las olas de calor, cada vez más frecuentes por el calentamiento global, afectan negativamente la calidad seminal en los hombres. Durante casi dos décadas, los investigadores analizaron más de 55 mil muestras de semen de porteños, descubriendo que las altas temperaturas no solo reducen la cantidad de espermatozoides, sino que también aumentan su proporción de formas anormales.
Mónica Vázquez-Levin, investigadora principal del CONICET, destacó que estas alteraciones podrían disminuir las posibilidades de concepción. “Aunque no conocemos la fertilidad de los participantes, los parámetros seminales afectados sugieren menores chances de concebir”, afirmó.
La investigación, única en América, combinó análisis de semen con datos del Servicio Meteorológico Nacional. Entre 2005 y 2023, se identificaron 124 días de olas de calor –definidas por máximas de más de 32,3 °C y mínimas superiores a 22 °C–, durante los cuales la calidad seminal se redujo drásticamente.
Los resultados son claros: los hombres expuestos a estas temperaturas tuvieron, en promedio, siete millones menos de espermatozoides mótiles (es decir, capaces de moverse), en comparación con quienes evitaron estos picos de calor. Aunque esa diferencia pueda parecer pequeña, para quienes ya presentan un recuento bajo, es suficiente para afectar su capacidad reproductiva.
Además de confirmar lo que muchos ya sospechaban –el impacto del calor en la salud reproductiva masculina–, el trabajo del CONICET plantea la necesidad de políticas públicas que protejan nuestra capacidad de adaptación al cambio climático. Desde el desarrollo de herramientas informáticas hasta la implementación de estrategias de concienciación, el desafío es monumental.
El estudio no solo enciende alarmas, sino que también refuerza la urgencia de abordar el cambio climático como un problema de salud pública. ¿Llegará el momento en que planifiquemos la paternidad en función del clima? Si el termómetro sigue subiendo, la ciencia deberá encontrar respuestas antes de que las próximas generaciones se enfrenten a un futuro incierto