La restauración de la histórica Confitería Del Molino ingresa en su etapa final
El edificio posee cinco pisos y una azotea con mirador privilegiado, además de la torre
Tras dos años de restauración del mítico edificio Del Molino, su torre y cúpula lucen ahora como en su etapa inaugural, con sus ocho vitrales, sus esculturas de leones alados, su remate aguja y sus aspas a nuevo, un conjunto que muestra su mejor versión por las noches, cuando el vidrio se ilumina y las paletas coloreadas por una luz roja comienzan a girar.
Además, ya se quitaron los 1.800 metros cuadrados de andamios que cubrían su fachada, cuyo remozamiento se puede admirar en toda su magnitud.
"En el caso de La Confitería Del Molino, la restauración está avanzada en un 75%, pero hay que recordar que el edificio tiene casi 8.000 metros cuadrados y la confitería es solo un tercio", dijo a Télam Ricardo Angelucci, secretario administrativo de la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino.
"En el resto (del edificio, compuesto en total por cinco pisos y tres subsuelos), el estado es muy variable porque lo recibimos también en condiciones muy distintas. Hay partes muy conservadas y otras destruidas", agregó.
Además de concluir lo que falta -planta baja, marquesina y ascensores-, la meta es que para el mes de julio próximo esté en marcha un programa periódico de visitas guiadas que incluyan la terraza y la cúpula, y que la confitería ya tenga concesionario asignado para que vuelva a abrir sus puertas tras 23 años tapiadas.
"Si todo funcionara bien, en el transcurso del 2021 en que el edificio cumple 105 años, tendríamos que poder avanzar en la concesión, pero la apertura ya dependerá del inversor privado", dijo.
Es que, como el resto del funcionamiento de la sociedad, dependerá de la pandemia. "Es muy difícil hablar de tiempos de apertura, porque es difícil encarar una inversión de esta magnitud en la pandemia y cuando los bares ya habilitados estuvieron cerrados o al borde de cerrar", señaló Angelucci.
Terminado en 1916 bajo la dirección del afamado arquitecto italiano Francisco Gianotti (1881-1967), el edificio y confitería Del Molino fue expropiado en 2014 y transferido al Congreso de la Nación en virtud de una ley votada por este mismo cuerpo legislativo, en cuyo interior se creó la Comisión Bicameral Administradora del Edificio encargada de su restauración.
La Ley 27.009 dispuso que "el subsuelo y planta baja deberán ser concesionados como confitería, restaurante, pastelería o cualquier uso afín", mientras que el resto del inmueble albergará "un museo dedicado a la historia de la confitería" y "un centro cultural a denominarse 'De las Aspas' dedicado a difundir y exhibir la obra de artistas jóvenes".
Y en la restauración de la que participan unas 100 personas, "hay determinados componentes que han sido hitos o perlas" en este proceso, como es el caso de "las aspas y los vitrales".
"El que nació en la época moderna, nunca los había visto en su estado original. Nosotros creemos que los vitrales no llegaron así a 1960 porque de ese año en adelante no tenemos registro de los paños completos. Y las aspas igual", dijo.
En el caso del molino, "las aspas son las originales y el motor también", pero para volver a ponerlo en funcionamiento "hubo que hacer piezas con torneado, porque no existen más".
En relación al museo sobre el Edificio Del Molino que se construirá en los niveles superiores, Angelucci señaló que la idea es que dé cuenta tanto de la vida de la Confitería -de la que se recuperaron 20 máquinas históricas y miles de moldes de pastelería- como "de la sociedad" de su época de esplendor, y para eso "se va a recrear también alguno de los departamentos".