Neurociencia de la creatividad

Cómo actúan la motivación, la emoción y el reposo para favorecer las nuevas ideas

Ignacio Brusco

"Todas las personas tienen la disposición de trabajar creativamente. Lo que sucede es que la mayoría jamás lo nota." 
Truman Capote

Los procesos creativos constituyen una de las bases funcionales del desarrollo cognitivo humano. Esta función de innovación se pensaba había comenzado hace apenas 40.000 años en la historia evolutiva del homo sapiens, pero debe retrotraerse miles de años. Hace más de tres millones de años ya se observan algunas herramientas básicas fabricadas por nuestros ancestros más primitivos, que muestran atisbos creatividad. Además existen evidencias del manejo del fuego por el género homo desde hace ya más de un millón de años, instancia culturalmente revolucionaria.

La creatividad genera muy importantes cambios culturales y tecnológicos, que luego serían transmitidos, generando acumulación cultural, que lleva a desarrollar nuestro cerebro.

La creatividad se funda en el "ensayo-error", aceptar el fracaso y buscar otros caminos, superando la idea inicial. Lo cual requiere de una buena flexibilidad cognitiva.

Debe además utilizar funciones como la motivación, la emoción, el reposo (fluidez) y la inteligencia. Varios científicos plantean que ante un coeficiente intelectual bajo disminuye la capacidad de generar procesos creativos trascendentes, aunque sin embargo la creatividad puede ser utilizada en procesos terapéuticos neurológicos y psiquiátricos y otras problemáticas. Luego de llegar a un coeficiente alto, no se evidencian modificaciones de las posibilidades creativas tanto en el arte, la ciencia, el trabajo, entre otros.

Se requiere de cierta edad para alcanzar el máximo de creatividad, así en general comienza a incrementarse a los veinte años para alcanzar un máximo a los cuarenta años. Pero puede variar, por ejemplo el máximo de creatividad en matemática se destaca a los treinta años, pero a los cincuenta años en filosofía, según un estudio del científico Dean Simonton de la Universidad de California.

La creatividad es una función muy compleja y variada, que implica desde las actividades artísticas hasta comerciales y sociales.

La creatividad contiene entonces labores en las que participa la "motivación" pues se necesita una energía puesta en la actividad; que es lo inverso de la "apatía". Los especialistas en neurología cognitiva estudian estas funciones con test neuropsicológicos, que son evaluaciones objetivables, es decir que le ponen puntaje a la intención de crear.

Esta motivación está regulada por zonas del lóbulo prefrontal de nuestro cerebro (sector prefrontal interno) que se desarrolla último en la evolución de las especies y el individuo.

Es decir que esta posibilidad intencional creativa está muy desarrollada en el ser humano y probablemente sea una actividad que condicionó la supervivencia, a partir de la toma de decisiones innovadoras.

Esto nos llevó , por ejemplo, a migrar a distancias lejanas, descubrir el fuego o a generar procesos culturales diferentes.

Se potencia entonces un continuum de la creatividad, de instancias tan variadas como la del proceso artístico o de la generación de toda innovación tecnológica, a la vez es trasmitida a otras generaciones.

Uno de los consejos que plantean los estudiosos de la creatividad es no repetir el mismo camino y buscar nuevas alternativas de nuestros errores. Otro es descansar y distraerse si se está trabado en la toma de decisiones nuevas o mejores. Esto incluso implica la necesidad de dormir para volver a crear.

Otras investigaciones muestran una relación del pensamiento inspirador con el neurotransmisor dopamina; ya que en pacientes con enfermedad de Parkinson, que tienen baja secreción de esta sustancia, se observa una reducción de los procesos creativos.

Es necesario dormir y descansar para desarrollar mejores tareas creativas

El grupo de Margherita Canesi del Centro Parkinson del Instituto de Perfeccionamiento de Milán mostró que al dar el neurotrasmisor "dopamina" como mediación; los pacientes no sólo mejoran sus problemas motores, sino que aumentan la flexibilidad de los procesos de creativos de estas personas.

En varios trabajos también se demuestra que la dopamina aumenta la motivación para crear a través del arte, en una especie de círculo vicioso positivo en el que además se genera más adhesión al tratamiento. Quizás por los mecanismos de recompensa que se generan y además porque se percibe un aumento de la satisfacción.

Durante el sueño se libera el lóbulo frontal que además de manejar la intencionalidad, condiciona nuestras represiones. Al dormir en condiciones patológicas se liberan la ideación, generando muchas veces la sobrevaloración de ciertas emociones; aparecen entonces ideas extrañas o sueños muy vívidos en los momentos de dormir.

Esto se debe a que durante el sueño, fundamentalmente el de movimiento oculares rápidos, se inhibe nuestra corteza frontal y se expresa la emoción un forma descontrolada

Es decir esa tormenta de ideas que sucede en forma espontánea durante la noche puede ser una función positiva, en la cual se generen procesos de liberación de nuestra energía funcional, posibilitando ideas creativas; pero que en condiciones patológicas puede generar una cúmulo de problemas.

Se ha descrito que las modas de grupos de Tormentas de ideas no siempre son efectivos y que pueden generar salidas forzadas o artificiales. Es claro que cualquiera sea la necesidad de creación, nunca es bueno empujar, ni acelerar los ritmos de fisiológicos de los procesos creativos.

Es decir que el tiempo y la libertad de acción también son necesarios para que el cerebro no sea sobreexigido y las ideas creativas sean una expresión acabada de nuestra máxima creatividad.

En el momento de la epifanía sucede un interesante disparo de una parte de una parte de la corteza del cerebro. Específicamente la corteza temporal superior derecha. Según un estudio de Mark Jung- Beeman de la Universidad de.

Illinois, al finalizar un cálculo complejo, en los probandos observan prendida esa área en la Resonancia Magnética Nuclear de Cerebro funcional.

Sin embargo el proceso creativo requiere de ambos hemisferios. Con un patrón no solo izquierdo (lingüístico matemático), ni sólo derecha ( musical visuoespacial). Científicos de la Universidad de Duke reportaron la importancia de la conexión entre ambos hemisferios cerebrales. Las personas más conectadas superaron al resto en su capacidad creativa observada. Así se evaluaron 68 puntos de conexión interhemisférica con un Scan Cerebral que mide el conectoma humano y las personas con mayor conexión eran las de mejor performance.

Es necesario tener fluidez (reposo cerebral) para crear, está demostrado que este reposo o "pensar en nada" aumenta la capacidad innovadora. Interviene aquí una zona de la cortea cerebral ´parietal interna llamada "precúneo". Sector que, por ejemplo, no reposa en patologías psíquicas, como ciertas psicosis, empeorando el rendimiento funcional.

En ese sentido es necesario dormir y descansar para desarrollar mejores tareas creativas. En diferentes ámbitos, el laboral, el artístico, el de investigación o el educativo. Sería importante que esto lo supieran jefes, empresarios y maestros.

* Neurocientífico. Prof. Titular UBA. Doctor en medicina y doctor en Filosofía. Investigador del Conicet.

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