DÍA DE LOS ENAMORADOS

Un acto de rebeldía y una apuesta al amor: por qué se celebra San Valentín

El Día de San Valentín esconde una historia de amor vinculada a las prohibiciones y una apuesta a la unión. Por qué se celebra el Día de los Enamorados 

BAE Negocios

Todos los 14 de febrero se celebra el Día de San Valentín o de los Enamorados, una jornada especial reservada para conmemorar el amor y la unión entre parejas. Aunque es uno de los días más criticados del calendario por creer que es un día dedicado exclusivamente a la expansión del mercado y el consumo, muchas personas apuestan a vivir esta jornada especial con todos los condimentos de una festividad.

A pesar de lo que muchos creen, el origen de San Valentín no es especialmente consumista. Más bien, todo lo contrario: el nacimiento de este día especial dedicado al amor guarda consigo una historia de rebeldía y apuesta a la unión entre parejas.

Cómo nació San Valentín y por qué se celebra todos los 14 de febrero

Todo comenzó en el siglo III, cuando el emperador Marco Aurelio Claudio II estaba al frente del imperio romano. En pleno período de guerras y expansión de sus tierras, el monarca tomó una decisión que cambiaría la historia para siempre: prohibió el matrimonio.

Para él, los hombres que no estaban unidos a sus parejas eran más capaces de arriesgar su vida y morir en la guerra por el Imperio, que uno que sí estaba comprometido. Pero, como todo lo que se prohíbe tarde o temprano se rebela, apareció un hombre llamado Valentín.

Se trataba de un sacerdote que oficiaba casamientos a parejas jóvenes en secreto, como una forma de celebrar su amor y unión, a pesar de las prohibiciones y las obligaciones, porque creía que el amor era más fuerte que cualquier otra cosa. 

Todo empeoró cuando Marco Aurelio se enteró. Sin dudarlo, mandó a matar al sacerdote rebelde que creyó en la unión entre dos personas. Era 14 de febrero de 270 y resultó ser una fecha que quedó guardada en los archivos de El Vaticano.

Muchos años después de la ejecución al sacerdote rebelde, la Santa Sede celebró la “Conmemoración a san Valentín”, pero fue recién en 1959 que decidieron tomar cartas en el asunto y formalizar esta fecha especial para la Iglesia y para la sociedad, a través del Concilio II del Vaticano en 1959.

Antes de la formalización de la Iglesia, la historia llegó a oídos de una mujer norteamericana que se vio maravillada con la historia del sacerdote rebelde que apostaba al amor. Fue así que en 1840, Esther Howland tuvo la idea de fomentar la venta de objetos con motivos románticos, como tarjetas temáticas, muy populares en esa época. 

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