"No hay ningún plan estratégico para invertir que sea factible con una tasa del 60 por ciento"
Entrevista a Diego Cifarelli, presidente de FAIM
El debate siempre dado entre la suba del pan a partir de la harina, genera siempre rispideces entre dos sectores muy antagónicos como son panaderos y molineros. Sin embargo cada vez que la materia prima aumenta, la suba se traslada inmediatamente al alimento de los argentinos. Este es uno de los temas que dialogó BAE Negocios con el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli. El empresario no tuvo reparo en criticar el retorno de las retenciones, la crisis de Molino Cañuelas y la presión de Bioceres porque que se apruebe el uso del trigo transgénico en la Argentina
—Hoy la exportación tiene compradas 13 millones de toneladas de trigo sobre una cosecha de 19 millones, en este contexto, ¿la molinería va tener que salir a pelear por el cereal?
—Sí, los números que tenemos son muy justos. Nosotros demandamos el cereal todos los días y necesitamos 6 millones de toneladas, por ende la campaña está cerrada. Lo que no está cerrado es el precio.
—Será un mano a mano con la exportación entonces...
—Primero que nada el productor sabe lo que pasa en el mercado. El cual frente a un dólar inestable buscará asegurar su patrimonio reteniendo, es decir postergará la venta. Si hace eso ofreceremos un precio más alto por el trigo.
La harina es el único producto que tuvo deflación en pesos
—¿La molinería paga más?
—Nosotros pagamos siempre u$s20 más que la exportación dado que necesitamos calidad, financiación y también ir comprando de a poco.
—¿El hecho que se pague más no repercute en el precio del pan?
—Nosotros trasladamos el aumento a la harina porque no tenemos otra forma dado que el trigo representa el 75% del costo de la harina. Eso sí, cuando sube, sube, y cuando baja, baja.
—¿Cómo es eso?
—La harina es el único producto que ha tenido deflación en pesos. En diciembre la bolsa de 50 kilos se vendía a $900 y hoy está en 700 pesos.
—Pero el pan no baja
—No, no baja, porque así como cuando sube la harina incide poco en el precio del pan también decimos que cuando baja afecta poco en la merma porque no es un factor determinante en la formación del precio. Hoy este pasa por los costos como servicios, mano de obra, presión impositiva y no por la materia prima.
—Afirmó recién que pagan más por el trigo, ¿cómo es posible teniendo una retención de por medio?
—La molinería no sólo paga más retención por un tema de diferenciación de precio sino que le cuesta más el trigo. Con lo cual la reimplantación de los derechos de exportación le juega en contra. Esto nos hizo perder el 50% de los volúmenes de venta desde que llegaron.
—¿Significa que no son competitivos?
—No somos competitivos con una harina que tiene una retención de u$s30 por tonelada mientras que si exportas trigo pagas u$s20. Y si bien hay una diferencia de precio hay una realidad: ¿para qué vas a procesar el trigo?, vendélo como está.
—¿El Gobierno sabe de esto?
—Es un problema que las autoridades lo conocen y entendemos el momento del país, pero para nosotros es grave y estamos soportando sin tener que acudir a la fácil de despedir personal a partir un mercado interno que está equilibrado, pero el momento es duro.
—¿Pero el dólar no les favorece?
—Con el tipo de cambio podemos exportar exclusivamente a los clientes históricos que son Brasil y Bolivia, nada más. Después solo queda esperar que el tiempo nos dé algo de competitividad. Nosotros pagamos en dólares. El dólar sólo me genera un beneficio del 3% que es la mano de obra de lo que se exporta.
¿Cómo termino la exportación en 2018?
—Cayó un 20% afectado por las retenciones en los últimos tres meses del año. El volumen total quedo en 700.000 toneladas versus 1.2 millones que se había proyectado.
¿Cómo está la comercialización?
—Comercialmente está complicado, la cadena de pagos está difícil y ni hablar de la originación de la materia prima que cada vez se pone más exigente en reclamar el pago. No se puede dejar de cumplir con la fecha de vencimiento del vendedor de trigo, pero si pueden incumplir con las fábricas en el pago de la harina donde te piden 30 días más.
—Ni hablar entonces de invertir
—No hay plan estratégico para invertir que sea factible con las tasas actuales. No se puede comprar nada con tasas del 60 por ciento. ¿Qué plan de negocios hay que tener para que tengas un retorno del 60% del repago de una maquina o de un camión, o edificio? Es imposible.
—Quiere decir que la molinería no está bien
—Este es un sector que no escapa a la realidad que se ven en otras industrias. Estamos expuestos a los mismos avatares donde hay molinos muy exitosos que les va bien, otros que están más o menos y otros mal.
—¿Es el caso de Molino Cañuelas?
—Cañuelas sigue con lanzamientos de productos, con sus proyectos, inaugurando obras. Las autoridades de la empresa me lo trasmitieron y además lo noto. Lo veo bien mas allá de las noticias que salieron.
—¿Se refiere al pedido de quiebra del Banco Macro?
—Sí, para mi tuvo poco sustento el pedido de quiebra de un acreedor que tiene menos del 1% de la deuda. Todos sabemos que se había renegociado todo el pasivo y estaban cerrando el acuerdo con un comité de bancos.
—¿Hay un mercado negro en el trigo?
—Hay un mercado negro que se origina en la materia prima y que se extiende hasta el consumidor final y que representa un millón de toneladas de trigo y 750.000 toneladas de harina, el cual es el 20% de la comercialización. Este representa una evasión de $11.000 millones al año. Es algo que existe y que no se suma a los datos oficiales, pero que pronto esperamos se desenmascare.
Debate en la cadena cerealera por los OGM
—¿Qué opina del trigo transgénico lanzado por Bioceres?
—Como argentino me siento identificado, como industria nacional me siento reconfortado, como jugador de una cadena estratégica me siento preocupado.
—¿Lo entendió la empresa?
—Hemos hablando con los directivos de Bioceres y se ha trazado un plan de ruta para encontrar un punto en común y así llevar adelante lo que la empresa cree o tienen como invento tecnológico con la necesidad de todos los demás eslabones de no perder los mercados mundiales.
—¿Hay un plan trazado?
—Sí. Primero hay que ir a conquistar los mercados mundiales y después penetrar con la comercialización, pero no se puede vender un grano de trigo transgénico si el mundo no lo acepta
—¿Pero no paso lo mismo con la soja?
—No, porque en este caso somos un jugador mas estratégico y de repente todos los oferentes se pusieron de acuerdo para una soja transgénica. No sucede lo mismo con el trigo donde representamos el 8% de la demanda mundial.